“La competencia motriz supone la
práctica y construcción de
estrategias de acción que puedan
ser utilizadas libremente, en base a los
requerimientos de la tarea y del contexto
y el desarrollo de competencias básicas”.
Aquel jugador que puede manejar y utilizar
su cuerpo, no solo en relación a
los parámetros espaciales y temporales
dentro del partido, sino también
a su relación con los compañeros
en colaboración y en oposición
con los adversarios, está utilizando
sus recursos psico-sociomotrices.
De esta forma estará respondiendo
favorablemente a las situaciones lúdico-deportivas
que se van presentando. De esta forma accede
al éxito de su resolución
y a la vez va construyendo en el jugador
el SENTIMIENTO DE
LA SEGURIDAD DE SÍ MISMO.
Es importante que el niño-adolescente-jugador
pueda enfrentarse cotidianamente a situaciones
reales de juego. Solo de esta forma puede
construir los conocimientos sobre sus propias
acciones y aplicaciones en relación
a lo deportivo.
Cuando es el propio jugador el que resuelve
las situaciones que se van presentando,
es él el que puede crear estrategias
para desarrollarlas eficazmente en el deporte.
De esta forma establece experiencias, comete
errores, crea relaciones entre situaciones
ya conocidas y otras nuevas, provocando
el nuevo aprendizaje.
Es decir, logra ser inteligente sobre sus
acciones, en el sentido amplio de inteligencia
motriz deportiva (conocer cómo, más
que simplemente conocer qué). Entendida
por aquella capacidad específica
que poseen los jugadores a través
de la cual resuelven situaciones de juego
mediante la utilización de la técnica,
táctica y estrategia motriz.
La inteligencia deportiva lleva implícita
una correcta resolución de las situaciones
motrices en cuanto a trayectoria, espacios,
velocidades, y sobre todo, a las prestaciones
del propio juego o acción del juego
utilizando las herramientas apropiadas para
ello que es la TÉCNICA (modelos de ejecución), la TÁCTICA (resolución de situación actual)
y ESTRATEGIA (como plan previsto de antemano).
La comprensión
de la tarea no es inmediata, depende más
bien de múltiples y variadas experiencias
que a lo largo del proceso de aprendizaje,
lo llevará a identificar cuáles
son los procedimientos más adecuados
para resolver la situación motriz.
( pasar la pelota al que está a la
derecha o al que está a mi izquierda).
Entonces, los chicos para ser competentes
en el deporte que nos convoca deberán
concluir su paso por el rugby infantil habiendo
adquirido las siguientes capacidades a través
del juego:
(*)
¿Saber qué?
Saber: Qué significa (concepto)
Saber hacer: Cómo lo realizo (Procedimiento)
Saber ser: Cómo debo actuar (Actitudes)
(cuadro extraído del libro “Enseñando
rugby a los chicos”. Cordero Viedma) |