En un partido parejo, Teqüe se impuso a Tordos 32 a 28, el local estuvo siempre arriba en el score y en el balance se quedaron con un tiempo cada uno.

Con una previa como hacía tiempo no se vivía un partido en mendoza, Teqüe recibía en su cancha al puntero del torneo, Tordos, prometían un partido de alto vuelo y varias emociones. Ninguno de los dos defraudó a toda la gente que se acercó a Coquimbito.

Con un cielo plomizo y algunos destellos de sol por momentos se jugó el partido más importante de la fecha, con un marco de público importante y mucho colorido por parte de las dos hinchadas que alentaron sin parar a sus equipos.

Finalmente fue victoria para los Azules 32 a 28 con un bonus de 4 a 2, lo que puso el Campeonato al rojo vivo.

Un tiempo para cada equipo fue el resultado que arrojaron los ochenta minutos de juego, Teqüe tomó la inicitiva de entrada y a los 4' marcaba su primer try luego de una levantada en la base de su medio scrum Pablo Carballo (figura de la tarde), Zelada dejaba al local arriba 7 a 0.

La pelota la tuvo gran parte del primer tiempo Teqüe, que dominó en las fijas y robó varias pelotas en el scrum y el line, la visita por su parte tuvo momentos impecables de juego, sobre todo teniendo en cuanta que atacó tres veces con peligro, y dos terminaron en try.

Primero "Matute" Torres de excelente labor apoyaba el primero de sus tres tries de la tarde, Gerardo Zelada contestaba con el pie con dos penales dejando un 13 a 5 a su favor.

La gente de Krestchmar fiel a su estilo, ganaba metros y generaba peligro con el juego corto de los forwards, el turno era para Gonzalo Perez, que en una jugada magistral de Diego Salvador dejó sólo al octavo para este apoyara sin marca.

En la segunda pelota clara de ataque para los Azulgranas, nuevamente Matías Torre desbordó pegado al touch habilitando a Javier Genoud que con el último aliento se estiró y apoyó en la línea de cal del ingoal.

Se iba la 1º parte, 21 a 13 en favor de Teqüe que era superior, Tordos por momentos desorientado por el ataque sistemático que proponía su rival, no podía salir del asedio al que era sometido. Los segundos cuarenta prometían mucha emoción.