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04.07.2005 | 15:25
Nos adaptamos o nos Deja...
Manuel Arrías


Situarse en los tiempos que corren y ponerse a la par de las potencias del rugby mundial es urgente. Perder tiempo en discusiones domésticas no sirve. Sino el rugby mundial nos abandona.

Muchos años debió penar el rugby Argentino, contra la tozudez de quienes creyéndose los dueños del deporte taponaron cualquier resquicio que nos permitiera sumarnos al concierto mundial.

Unos pocos clubes, con pensamientos arcaicos y perimidos, pusieron a nuestro deporte en contra de las corrientes que inevitablemente desembocarían en esto que hoy es una realidad.

El profesionalismo, tan temido por algunos pocos de mente chata y cerrada, gobierna el panorama mundial del rugby y la Argentina está cada vez mas lejos, discutiendo en largas sesiones domésticas que hacer para no perder terreno, pero se choca invariablemente contra personajes que poco aportaron a lo largo de historia que no sean frustraciones o actitudes frustrantes.

No querer aceptar la realidad, cerrar ojos y oídos a lo que nos ofrece el candelero mundial, es una especie de apartheid que no nos merecemos los argentinos.

Estos mismos señores que no aceptan el profesionalismo o reniegan de el, se aprovechan en cuanta ocasiones tienen para hacer sus propios negocios, lícitos si, pero con el rugby de por medio; viajar a cuantos lugares puedan con nuestro deporte y aprovechar todas las oportunidad que el les da para figurar o tranzar.

Sin embargo cruzan todas los palos posibles en las ruedas; no ofrecen alternativas válidas a lo que se oponen y llevan casi hasta el cisma al rugby argentino, valiéndose de falsos conceptos, versiones mentirosas ante sus propios pares, negativa cerrada al cambio.

Les guste o no a estos señores que en otras épocas pretendieron que el rugby era solo para una elite, el profesionalismo está instalado en el rugby, cuenta con gran apoyo en todo el mundo y cada vez nos alejamos mas de las primeras posiciones.

Argentina sigue por ahora en el concierto mundial, solo porque una buena cantidad de jugadores militan en clubes profesionales del primer nivel en Europa y muchos mas andan dando vuelta por el mundo entero a la caza de una oportunidad que no se le da en su propio país.

Esto nos lleva a una serie de desencuentros con ligas extranjeras, provoca un gran desgaste en algunos pocos y motiva que otros que solo están para declamar salgan a decir inexactitudes propias de los ignorantes. Lo peor es que como muchas veces gozan del favor de la prensa, aparecen en varios lados. No se puede seguir compitiendo a nivel mundial contra profesionales con un rugby amateur.
Urgentemente la Argentina se acopla al rugby mundial o este se aleja de nuestro país.
Para eso debe ponerse en marcha una estructura absolutamente rentada en la Unión Argentina (tomando el ejemplo diría una Sociedad Anónima) que maneje una liga profesional, con unos trescientos jugadores distribuidos en diez plazas distintas, sin interferir en el desarrollo del rugby argentino a través de sus campeonatos de Selecciones o torneos de clubes, que pueda contener el masivo éxodo de jugadores que seguramente lo seguirá habiendo, pero en menor proporción.

Es un poco copiar o adaptar lo que se hace en otros países, sin dilaciones, sin envidias, sin sectarismos, sin rencores, cinchando todos para un mismo lado.

Así si podremos pensar en comenzar poco a poco a acercarnos a las potencias medias e intentar permanecer en el contexto Mundial.


Manuel Arrías - TercerTiempoRugby
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