Una nueva edición del JAIME MORA, se disputo todo el fin de semana. Esta vez, fuimos a General Ortega (Maipú) tras los niños, donde Teqüe Rugby Club se esta agiornando en sus nuevas instalaciones. Los azules ex - Tirasso esta vez eran los anfitriones.

La jornada, en especial del domingo; empezó con una hora de retraso. Impuntualidad que hemos vivido en todos los encuentros infantiles que se han disputado, pero esta vez fue lo de menos.

Casi 14 clubes, hasta 10 años el domingo; las otras divisiones infantiles jugaron el sábado. Se preparaban para disfrutar de un hermoso día otoñal a pleno sol. Había clubes de Neuquén, San Juan y por supuesto Mendoza.

Sucedió lo mejor… los niños jugaron rugby hasta el hartazgo. Los organizadores le dieron una dinámica que los niños jugaron muchísimo, estuvieron inactivos casi nada y los padres satisfechos disfrutamos de nuestros nenes…

Este hecho destacable, era el comentario generalizado de los padres mientras tomaban mate, alentaban a sus niños y buscaban la mejor ubicación para una foto del “bebe”.

Es importante enunciarlo, por que hasta ahora se habían realizado torneos infantiles “colosales”, donde a los niños y padres se les hizo interminable el día, jugaron pocos minutos y debían esperar nuevamente su turno para jugar hasta hora y media. Lo simple es dos veces bueno…

Nuevamente los mas rescatable y gracias a Dios, fuimos testigos; de la gran afluencia de familiares. Familias completas entorno de una cancha de rugby, enorgullece a cualquier persona e institución aunque no sepan nada de rugby.

Llego un momento que los niños, ya no querían más… se habían jugado todo. El medio día ya era historia, empezaba la tarde y los pequeños estaban realmente extenuados de tanto y buen rugby.

Se vino el suculento tercer tiempo, que para sorpresa de mas de uno; se tardó solo 5 minutos en atender a cada división… insisto, por que veníamos asustado de otros terceros tiempos de larga espera.

Mis felicitaciones entonces, al organizador (Teqüe Rugby Club). A la familia del rugby mendocino y a los entrenadores de diversos clubes que una vez más dejando sus deseos particulares colaboraron desinteresadamente en la organización y arbitraje de los partidos.