Cada cuatro años surge, indefectiblemente,
la misma pregunta entre los aficionados al
deporte de la ovalada: ¿por qué
el rugby no es olímpico? A muchos les
gustaría ver su deporte preferido representado
en los Juegos, junto a la disciplinas más
populares del país: fútbol,
básquet, voley y hockey sobre césped,
entre otros. Además, fueron algunos
de esos seleccionados los que aportaron valiosas
medallas, lo que refuerza la pregunta: ¿y
por qué el rugby no?
En Sydney 2000 estuvo
a punto de disputarse un Seven.
El deporte de
la ovalada formó parte del programa
en Amberes 1920 y París 1924. En
ambos casos, el campeón fue Estados
Unidos. El mismo caso del polo.
La historia de los Juegos Olímpicos refleja
que en dos oportunidades el rugby estuvo presente.
Fue en las ediciones de 1920 (en Amberes)
y de 1924 (en París). Las dos veces,
la medalla de oro fue para Estados Unidos.
Claro que en la primera incursión sólo
participaron dos equipos, Estados Unidos y
Francia, y los norteamericanos se impusieron
por 8 a 0.
Cuatro años después reeditaron
esa final, y esa vez Estados Unidos le ganó
a Francia por 18 a 3. Un resultado doloroso
para los franceses ante su propio público.
En estos Juegos se agregó la selección
de Rumania que quedó en tercer lugar
y consiguió su primera medalla olímpica
(la de bronce).
¿Y después? Nunca más.
El rugby, a pesar del crecimiento que tuvo
con el tiempo, fue borrado de los Juegos.
La tendencia, por aquellos años, fue
privilegiar tradicionales disciplinas individuales
(como el atletismo, la natación y la
gimnasia) en desmedro de otros deportes de
conjunto. La misma suerte que el rugby corrió,
por ejemplo, el polo.
En los últimos tiempos hubo intentos
para reinsertar al rugby en los Juegos, pero
sin mucha suerte. Y, a decir verdad, tampoco
insistieron mucho en el tema ni los dirigentes
de la International Rugby Board (IRB) ni los
miembros del Comité Olímpico
Internacional (COI).
El último intento fue para Sydney 2000,
aunque el COI, presidido por entonces por
Juan Antonio Saramanch, advirtió que
sólo podía incorporarse como
una disciplina exhibición y en la especialidad
de Seven. El objetivo era aprovechar la popularidad
que tiene el rugby en Australia, pero la negociación
no prosperó.
Inician gestiones
con miras a Pekín 2008.
¿Llegará finalmente el rugby
a los Juegos Olímpicos? Al parecer,
se están dando pasos concretos, y mucho
tiene que ver Carlos Tozzi, ex presidente
de la Unión Argentina de Rugby y miembro
de la IRB. En su carácter de presidente
de la Federación Panamericana de Rugby,
Tozzi tuvo reuniones con el mexicano Mario
Vázquez Raña y la idea se debatió
en la Organización Deportiva Panamericana,
con el apoyo de México y de Estados
Unidos.
“Hay avances con miras a los Juegos
Panamericanos; quizás no se dé
en los de Río de Janeiro 2007, pero
en los próximos el rugby podría
tener alguna chance”, explicó
el directivo. Tozzi apuntó que desde
la IRB, entidad que gobierna el rugby mundial,
existe la misma intención y que ya
se realizaron reuniones con el titular del
COI, el belga Jacques Rogge. Hay un dato interesante:
Rogge fue jugador de rugby y llegó
a integrar la selección de su país.
Como contrapartida, en muchos países
-no en la Argentina- existen leyes por las
cuales el Estado debe apoyar económicamente
a los deportes olímpicos. El rugby
no está incluido en esa lista, y carece
de todo apoyo gubernamental.
El interés en algunos sectores está,
pero se sabe que el camino a recorrer será
bastante largo. Algunos apuestan a los Juegos
de 2012, aunque los más optimistas
abren una posibilidad con miras a Pekín
2008. En la vereda de enfrente están
quienes se quejan por el gigantismo de los
Juegos, y proponen un cambio inverso: retirar
deportes del programa para abaratar los costos.
Habrá que esperar. Tal vez dentro de
ocho años, la gente del rugby no se
tenga que preguntar: ¿y por qué
el rugby no?