Hoy en día afortunadamente, es muy
frecuente ver un entorno familiar (abuelos-padres-hermanos)
en nuestros clubes de Rugby en relación
a un partido de Divisiones Infantiles, más
si es uno de nuestros hijos quien está
dentro de la cancha.
Pero también
he sido testigo directo, de situaciones
poco diplomáticas o de falta de educación;
de parte de algunos padres, para con los
árbitros e incluso con los mismos
entrenadores. Hechos motivados por que al
“nene” no le salen las jugadas
como a uno quisiera... y por supuesto esto
fastidia a los pequeños por actitudes
no tomadas correctamente, según nuestro
pobre entender.
El deporte
de la ovalada en nuestro país corre
por un andarivel cada vez más exigente,
no solo hablo en lo competitivo. Si no también
en lo físico, mental y logros a obtener.
Y mucho más aún si les ponemos
de “ejemplo a seguir...” a los
niños; a un jugador de elite o de
rugby profesional. Y créanme que
con esto no estoy exagerando.
Entonces
es preciso que padres, maestros y entrenadores
sean conscientes de los procesos y tensiones
psicológicas que experimenta el niño
que practica este deporte.
Varios
de los padres que tenemos hijos jugando
en rugby infantil, sabemos que; La suma
de las capacidades motoras, las aptitudes
personales y las necesidades sociales del
niño debe estimularse a través
del juego, como lo dice la palabra J-U-E-G-O.
Nunca
debemos olvidarnos que dentro de un partido
infantil de rugby, se encuentran niños
que solo quieren divertirse J-U-G-A-N-D-O
al Rugby con sus amiguitos y que el resultado
exacto del marcador poco les importa.
Muchas
veces nos equivocamos creyendo que nuestros
mini jugadores, podrían llegar a
ser verdaderos PUMAS y por ende desde chicos
debemos verlos como tales y exigir en rigor.
El niño está aprendiendo constantemente,
no solo a jugar al rugby; si no que además
que en la vida se pierde y se gana. Y que
a ambas vicisitudes hay que saber llevarlas
sobre los hombros.
En los
clubes, no solo son “responsables”
los entrenadores de que un niño de
bien o mal un pase. O que sepa tacklear
o saber correr con la pelota. Ahí
deben estar los padres, para alentar (entiéndase
alentar –no gritar-) a sus hijos que
en este deporte lo más importante
es hacer amigos y el de haber participado.
Los chicos,
no saben de pergaminos anteriores o de historial
de los clubes. Nuestros hijos usan una camiseta
con los colores que seguramente ellos eligieron,
que Coincidencia; sus mejores amigos, también
usan la misma camiseta y juegan del mismo
lado. Así es el Rugby.
Padres
y entrenadores, juntos deben participar
y encargarse de la formación deportiva
y social que hace al rugby, por que desde
la cancha empieza esa caballerosidad que
tanto se habla en el mundo con respecto
al Rugby. Por que el niño solo juega
por placer o diversión y no por darnos
en el gusto.
Por eso
insisto que el mejor maestro de Rugby, el
mejor profesor de Educación Física,
la mejor calidad humana de cada institución
deben estar obligatoriamente en las divisiones
infantiles.
Es malo
el padre fanático, pero también
el padre descomprometido. El niño
dentro de la cancha, tras una jugada; busca
en una mirada cómplice la aprobación
a la atenta mirada de los padres. Y que
bueno que es para ese niño, demostrarle
que uno se encuentra feliz por lo que él
realiza más que por cómo lo
realiza.
La gente
cada vez más, relaciona a la persona
que juega al rugby con el sacrificio, el
esfuerzo físico, que junto con la
humildad, disciplina, obediencia, fortaleza
física y espiritual hacen un equipo
de gran rendimiento.
Sabemos
que el rugby tiene además un lugar
para todos, Gordos y flacos, petisos y altos,
rápidos y lentos, niños, adultos
y veteranos. Todos pueden encontrar un espacio
en cualquier equipo, porque el Rugby así
lo permite.
A nuestros
pequeños, si NO les respetamos sus
tiempos y deseos, creo que será muy
fácil la deserción de los
mismos y más frecuente será
encontrar niños-jóvenes alejados
del Rugby. Cuando nuestro objetivo, los
que amamos este deporte; sería todo
lo contrario.
Por último,
permítanme agregar dos cosas.
Una
es una frase que una vez escuche de Hugo
Porta;...el Rugby es un juego formativo,
rudo, leal y con su cuota de riesgo. Se
juega a ganar y por eso se utilizan técnicas;
pero la salud mental y física de
nuestros niños está por encima
de cualquier objetivo.
...Y
a la familia del Rugby, a disfrutar y sentir
este deporte plenamente junto a nuestros
hijos, en familia y bregando por una gran
amistad.
Por
que nuestro sano objetivo final; es mejorar
la calidad de vida de nuestra frágil
sociedad...
A mis hijos
Matías, Facundo y Juan Cruz.
Dr. Javier
Enrique Ortiz
Médico Neurocirujano- Sub Comisión
Médica
UNIÓN de RUGBY de CUYO