La motivación como fuerza impulsora es un elemento de importancia en cualquier ámbito de la actividad humana. En este artículo, se analiza la planificación de inicio de una temporada de rugby haciendo hincapié en la motivación, como variable psicológica de gran peso en un deporte amateur tan especial como es el rugby, tal como se lo considera en Argentina.
VARIABLES PSICOLOGICAS A TENER EN CUENTA
Una de las variables psicológicas que mayor incidencia tiene sobre el rendimiento de un deporte de equipo como lo es el Rugby, es la Motivación.
En esta etapa de inicio del año, la motivación adquiere mayor relevancia tanto para los Entrenadores y Profesores de Educación Física, como para los Deportistas.
Las preguntas que surgen se relacionan con:
El modo de alcanzar un alto grado de motivación en los integrantes del plantel.
Cómo mejorar el compromiso con los entrenamientos.
Cómo lograr que el mensaje que transmite el entrenador sea comprendido y motive a sus deportistas.
Cómo lograr que asuman mayores responsabilidades, etc.
Estas cuestiones tienen su eje en el conocimiento y manejo de la motivación, tanto del equipo como del deportista.Ahora bien, podemos definir a la motivación como la intensidad, dirección y grado de compromiso de un esfuerzo, dirigido hacia un objetivo o meta.Tomando esta definición, es posible preguntarse qué es lo que incide para que cambie la intensidad, la dirección y el grado de compromiso de ese esfuerzo.
Son los factores estables de personalidad y los factores situacionales, los que inciden directamente sobre el nivel motivacional. Por esta razón, para poder motivar al deportista o al equipo, proponemos tener en cuenta:
Los objetivos y metas individuales que cada deportista se propone, para después planificar las estrategias de motivación individual y grupal.
Comprender el criterio de éxito y fracaso deportivo de cada uno de los integrantes del plantel.
En relación al primer punto, es importante diferenciar entre meta y objetivo deportivo, ya que cuando hablamos de meta nos referimos a aquel punto de la planificación a alcanzar, que se relaciona con el resultado final de un proceso (de competencias, de entrenamiento o de rehabilitación) por ejemplo, en el caso de un deportista que está atravesando un proceso de rehabilitación de una lesión.
La meta es el lugar a llegar, el punto cúlmine a lograr. En cambio, él o los objetivos, son los pasos o etapas planificadas conjuntamente entre el entrenador, profesor y deportista, que tienen características particulares y que cumpliéndose nos permitirían alcanzar la meta.
Esta diferenciación, nos permite que el deportista no esté focalizando su atención en forma permanente sobre el cumplimiento de una meta, que por lo general tiene su alcance en el largo plazo, perdiendo de esta manera la sensación de control de los logros en los entrenamientos diarios y semanales. En cambio, si puede focalizar su atención en los objetivos acordados en el inicio de la temporada, de cumplimiento en diferentes etapas, esto implicará la mejora del rendimiento deportivo, manteniendo a su vez, un alto nivel motivacional.
Ejemplos comunes en los que se deben proponer objetivos a corto plazo: Aquel jugador que se propone como meta seguir integrando un selectivo local o regional, para participar de un campeonato que se disputará a final de la temporada regular y no puede centrar su atención en los objetivos inmediatos.
El equipo que se propone como meta el logro del campeonato a nivel local, sin plantear lo objetivos intermedios.
El deportista que esta atravesando un proceso de rehabilitación prolongado y que de forma insistente habla de su deseo de volver a jugar.
Ventajas de la planificación de objetivos:
Contribuye como reguladora de la motivación.
Aumenta la independencia del deportista de sus entrenadores, ya que aquel estará más pendiente en el logro de él o los objetivos propuestos, que del reconocimiento y mirada del entrenador durante los entrenamientos o partidos.
Estimula la toma de decisiones.
Estimula la capacidad de arriesgar.
El deportista asume mayores compromisos con los entrenamientos.
Mejora la sensación e imagen de autoconfianza a partir de los logros de objetivos realistas.
El deportista focaliza su atención en el presente deportivo, no en el pasado o futuro.
Las características de los objetivos para que éstos sean efectivos son las siguientes:
1) Medibles objetivamente. A partir de un seguimiento y evaluaciones por parte de los entrenadores y por la confección de planillas de autoinformes por parte del deportista.
2) Realistas en relación a la dificultad. A partir del conocimiento de las potencialidades técnicas, tácticas, físicas y psicológicas del deportista es que se deben proponer los objetivos progresivamente a cumplir a lo largo de la temporada.
3) Flexibles en relación al tiempo en que se quieran lograr. Ante el no cumplimiento del objetivo en el plazo pre establecido , proponer la replanificación a un nuevo plazo.
4) Constituir un desafío y estar relacionados con el nivel de aspiración para el deportista o el equipo. El deportista y el equipo deben de estar convencidos de que es un verdadero desafío, realista y alcanzable.
5) Participación directa de los deportistas en la elección y planificación de los objetivos. Evitando de esta forma la concreción de una planificación mensual, semetral, anual donde el deportista sólo tiene la posibilidad de escuchar pasivamente (decisiones tomadas por los entrenadores y profesores). Cuanto mayor sea el grado de participación de los deportistas, mayor es el grado de compromiso en el logro de los objetivos y metas, dejando poco margen a la aparición de comportamientos grupales o individuales que interfieran negativamente en el desarrollo de los entrenamientos y actividades.
6) Logran su fin cuando son evaluados y existe una información al deportista en forma de devolución . Para esto es nesesario la confección de planillas de seguimiento y autoinformes.
7) Permiten el seguimiento de la evolución, en forma semanal, mensual. El seguimiento nos permite una buena comunicación con el deportista al crearse la necesidad del informe. Podremos evaluar el nivel de compromiso y de motivación actual del deportista.
Es conveniente en esta primera etapa de pre temporada que el equipo y el deportista se focalicen en la concreción de objetivos de rendimiento, a nivel físico, técnico, táctico o psicológico, donde se evaluará la mejora en relación a las propias potencialidades grupales o individuales.
En la etapa de competencias oficiales, se podrá sumar a los anteriores, la concreción de objetivos de Resultado. Los mismos deben ser progresivos y alcanzables en relación al tiempo propuesto, para evitar la desmotivación sin posibilidad de respuesta por parte del deportista.
La puesta en práctica de la planificación de metas y objetivos permitirá que el equipo asuma compromisos de manera responsable acorde a la edad y capacidades de los integrantes del plantel, mejorando notablemente la comunicación con los entrenadores.
Además contribuirá a la cohesión del equipo, fortaleciendo el sentimiento de pertenencia al mismo a partir de que cada deportista se sienta útil y respetado en un clima grupal de confianza.
áa creer que los objetivos y metas que se propone pueden ser alcanzadas, transformando las dificultades y problemas que surjan tanto desde el exterior del grupo como de su interior en desafíos a controlar y vencer. Este clima grupal permitirá sentir a los entrenadores que: ”No trabajan para los deportistas, sino con ellos”. Manteniendo así su propio nivel motivacional.
Fuente: Marcelo H. Marquez