Consultados referentes del plantel que salió tercero en el Mundial de Francia y jugadores que fueron dirigidos por ambos, hubo coincidencia total en resaltar el aspecto humano y en su valía como ex Pumas. Buenas personas, perfil bajo, cero conflictivos..
En un grupo tan compacto como el actual, blindado antitodo tras la campaña en Francia, no entrarían con buen pie técnicos que no hayan vivido, o conozcan y compartan, el clima generado.
Turnes llegó a formar parte en el 97, cuando regresó de su paso como rugbier profesional en Italia; y Phelan ni hablar: un bastión del amateurismo, intocable dentro de un plantel plagado de profesionales durante muchos años. Símbolo por su entrega y sus tackles temerarios, que le depararon varios cortes y nocauts.
Tati (33 años) mantiene una relación de amistad con muchos históricos del plantel y Turnes, pese a la diferencia de edad (43), estuvo vinculado estrechamente. En el seno del equipo, al Chino se le rescata que, a diferencia de otros jugadores de su camada, siempre aportó positivamente, disfrutó los logros de estos Pumas y nunca trató de competir.
"Una vez, charlando entre los más grandes, con Chalo Longo, Bocha Ledesma, decíamos lo buen entrenador que sería Phelan. Sabemos que los dos hicieron buenas cosas en sus experiencias como técnicos. Los conocemos, sabemos cómo piensan y siente el rugby", contó Ignacio Fernández Lobbe, segunda línea de la Selección.
¿Qué le falta a esta dupla? Rodaje internacional. Ahí está la apuesta. Marcelo Loffreda tampoco la tenía en el 2000, cuando asumió. Turnes dirigió seleccionados juveniles y Phelan, Argentina A con José Orengo. "Para eso estarán los jugadores de mayor experiencia. Sería tonto que ellos no aprovecharan ese conocimiento", agregó Fernández Lobbe.