A lo largo de todo el Torneo Oficial de Primera de la Unión de Rugby de Mar del Plata, fase clasificatoria y Zona Campeonato, demostró estar un escalón por encima del resto, pese a algunas derrotas inesperadas.
Esto lo plasmó en la tarde-noche de Santa Celina y ante miles de espectadores, ganándole a Comercial por 25-11.
Siete minutos le bastaron a Sporting para comenzar a edificar un nuevo triunfo. En ese lapso de tiempo los albinegros anotaron dos tries: a los 2' por intermedio de Juan Aizpún -tras un genial kick de Eduardo Zapiola- y a los 7' una obra maestra de Matías Iriarte que corrió en diagonal, filtrándose entre los centros celestes.
Comercial sintió el golpe. Casi que no tuvo respuestas en la primera parte. Sus forwards, como siempre, ganaban algunos metros a pura potencia pero todo terminaba en tibios intentos. Y sus tres cuartos, salvo alguna jugada iniciada desde alguna posición fija (scrum o line), carecieron de protagonismo.
Y Sporting iba una y otra vez, provocando errores y faltas de su rival. Y si no pudo sacar una mayor diferencia en la primera etapa fue porque Francisco Grosse no estuvo del todo derecho o potente al buscar los palos, anotando 2 de sus 4 intentos.
Los primeros cuarenta terminaron 18-3 a favor de los maristas (porque Juan Manuel Carelli descontó con un penal).
Todos esperaban que en el reinicio de partido, los forwards de Comercial se quedaran con el protagonismo absoluto de las acciones. Pero no fue así, porque si bien sacaron enormes diferencias en el scrum, después no tuvieron tanto peso.
Y Sporting esperó agazapado alguna ocasión para terminar de liquidar el pleito. Y la tuvo a los 19' cuando después de ganar un line a mitad de cancha, la pelota voló a manos de Tomás Lanfranconi, quien se hizo indetenible para los tres cuartos celestes y anotó el tercer try de los maristas.
La actitud y el amor propio de Comercial, más que el juego, le permitieron a los celestes lograr el try del honor por medio de Diego Jiménez, tras un scrum cinco y posterior ruck.
Y los últimos 10 minutos estuvieron casi de más.
Todo intento por atacar de Comercial quedaba en eso (pese a las ganas de los delanteros o de Darío Jajaravilla).
Y Sporting, en base a una gran tarea de su tercera línea (sobre todo en defensa) y de lo que proponían Zapiola e Iriarte y Díaz en una de las puntas, con el correr de los minutos iba dándole forma a un nuevo triunfo. Un triunfo que en esta ocasión tenía un premio especial: un nuevo título.
Y así, los albinegros dieron una nueva vuelta olímpica, justa, merecida e indicustida.
Sporting es el nuevo campeón del rugby de Mar del Plata y está bien.