Pero desde la IRB el mensaje en estas últimas conversaciones y en declaraciones a diferentes medios de prensa del continente oceánico, el presidente de la IRB, Syd Millar, dejo bien en claro que cualquier aspiración de país sudamericano estará supeditado a transformar su rugby amateur en profesional; y que no es cuestión de dinero; es simplemente la elaboración de un plan de negocio que demuestre como se puede crecer en el rugby doméstico.
El presidente sostuvo, que si bien la Argentina ocupa el sexto puesto a nivel mundial, la realidad es que la mayoría de sus jugadores se desempeña en el rugby europeo, olvidando que en su región todavía son amateurs.
Con estas palabras el mandamás de la entidad madre del rugby le hizo un guiño a nuestro país, pero dejo en claro que toda aspiración a futuro solo dependerá de que la Argentina haga un cambio radical en su estructura amateurs y lo transforme en profesional.
En la última reunión del comité ejecutivo de la Internacional Rugby Board, se voto a favor de buscar diferentes caminos para la situación de Argentina; si bien todas las puertas se abrieron y los debates incluyeron todo tipo de torneo, hasta la posible inclusión en el torneo del hemisferio norte, en declaraciones a diferentes medios un alto dirigente de Sudáfrica considero que ellos le dan la bienvenida a la Argentina a sus torneos, pero que incluir al país sudamericano en algún torneo de ellos o de naciones sería olvidarse del gran problema y por el cual todavía dicho país esta relegado, es necesario que su deporte doméstico de un giro al profesionalismo o sino será catapultar al rugby argentino al fracaso al largo tiempo.
En conclusión, nuestro país esta en una encrucijada, fue a Nueva Zelanda por nuevas oportunidades y se encontró con el claro mensaje de que si no cambian adentro no habrá novedades para afuera, que el dinero no es el gran problema, ayuda tendrán siempre; que deje de pensar en jugadores profesionales y cambie su mentalidad a torneos profesionales con jugadores rentados. Ahora todo queda en manos de nuestros dirigentes y el viaje realizado a tierras de los All Blacks no los dejo con las manos vacías sino con el peso de tomar una decisión urgente de mutar el modelo actual a uno profesional.
Queda en claro que la única salida de nuestro rugby pasará por elaborar un verdadero plan de rugby profesional, si realmente se quiere aspirar a ocupar un lugar en el mundo deberán olvidarse del famoso tema del amateurismo y ponerse a trabajar para elaborar proyectos serios que capten la atención del mundo de la ovalada, y sepultar la gran discordia entre si debe ser amateur o profesional, y mutar a la frase ¿Cómo hacemos del rugby un deporte profesional en la Argentina? la respuesta no es para nada fácil pero no queda otra alternativa, o estamos de un lado o nos quedamos en la misma de siempre.
Para llegar a la elite, hay que pensar como ellos, actuar como ellos y por sobre todas las cosas transformar las viejas estructuras a un nuevo modelo, ya no se debe pensar como dirigentes sino como empresarios. ¿se podrá?
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