Se mantiene el pago de viáticos para los rugbiers locales, el Fondo Puma, los premios por partido y una adecuada logística y preparación física para medirse en la alta competencia y aprobó por unanimidad otra versión de los contratos (eliminando algunas de las cláusulas que provocaron malestar entre Los Pumas, como las sanciones disciplinarias y económicas, y que la UAR deslindaba responsabilidades en caso de lesiones) para formalizar la relación legal con los jugadores.
Los contratos de la discordia:
Estas son las cláusulas vigentes:
1.Convocatorias. Los jugadores deben estar disponibles para disputar 12 partidos anuales con el seleccionado, incluidas las ventanas del calendario del International Rugby Board (IRB). Esta obligación les presentaría dificultades a quienes juegan en el exterior.
2.Prohibiciones. No podrán participar de la política de la UAR, declarar u opinar en contra de los dirigentes.
3.Promociones. Disponibilidad para prestarse a publicidades y asistir a eventos propuestos por los sponsors de la Unión Argentina de Rugby (UAR). Ante una negativa, serían punibles de demandas o sanciones por incumplimiento.
Estas se eliminaron:
4.Indisciplina. Sanciones disciplinarias y económicas (reducción entre el 30 y el 100% de los premios) si reciben una amonestación o expulsión durante un partido.
5.Desamparo. La UAR deslindaba responsabilidades por lesiones graves o muerte de un jugador, por ser "un deporte de contacto físico".
"Nos vimos sorprendidos por la carta que los jugadores nos han enviado y que también han hecho pública a través de los medios. No lo esperábamos, más sabiendo que José Luis Rolandi está en contacto permanente con ellos", aseguró anoche Alejandro Risler aceptando un breve diálogo tras concluir la reunión.
El presidente de la UAR explicó que "los jugadores están molestos y no quieren plasmar mediante un contrato esta nueva relación pero deberían saber que son las mismas condiciones que ellos habían acordado con los managers. Para que quede claro: al estar inmersos en un concurso preventivo es poner en un papel el costo ingreso-egreso que tenemos en esta suma de derechos y obligaciones de ambas partes".
Anunció también que Héctor Dalla Fontana (ex vocal suplente, representante de Santa Fe) será el vicepresidente 2º tras el alejamiento de Jorge Tellería, que "le fue rechazada" la renuncia a José Luis Rolandi y que intentará convencer a Ricardo Handley para que siga como manager.
Handley negoció que los contratos debían ser para todos, sin distinción entre quienes juegan en el exterior y a nivel local. En disconformidad, renunció. "Tuve diferencias con Risler; creo que cumplí una etapa. Ayudé en todo lo que pude", aseguró.
Tras ser confirmado en sus funciones, José Luis Rolandi adelantó que "mañana (por hoy) al mediodía les enviaremos a los jugadores este proyecto de contrato para que lo consulten con sus asesores letrados. En él se vuelca íntegramente el acuerdo que ya consensuamos en Pilar".
Admitió que "ni Handley ni yo tocamos el tema contrato con los jugadores" pero relativizó discrepancias entre los dirigentes. "Todos están a favor del contrato y lo aprobaron. De alguna manera hay que vincular a los jugadores con la Unión para cumplir con las leyes fiscales vigentes".
También sostuvo que la firma de los contratos "es una buena ocasión para que Risler y Sanz puedan juntarse con los jugado res. Confío en que será posible".
Los Pumas habían advertido que no firmarían contratos individuales por no haberlos tratado en la negociación. ¿Y ahora?.
Scolni pide que se vayan los dirigentes
"Siempre hubo disconformidad con los dirigentes. Nos trataban como empleados. No teníamos cobertura médica, apenas mínimos viáticos cuando viajábamos y los jugadores del interior eran realmente maltratados", explicó Alejandro Scolni mediante un correo electrónico enviado a Clarin, aprobando el reclamo que hicieron Los Pumas.
El ex fullback de Belgrano y Alumni, que disputó 19 tests entre 1983 y 1990 en el seleccionado nacional, rememoró que "nos enterábamos por los diarios quién era designado y quién no, después de pasar meses entrenando. Encarábamos giras de 40 días y todos volvían agotados y disconformes. Como ahora, nadie daba la cara. Esa es una política que sigue vigente".
Critica a la actual dirigencia y lo ejemplifica: "Bien lo decía Rodolfo O'Reilly (ex entrenador Puma): cuando veo que ya no comprendo más a mis jugadores, porque tienen la edad de mis hijos, siento que me estoy poniendo viejo y eso indica que debo dejar de entrenar".
"Son los famosos Pumas del '65 que no quieren delegar el poder. No saben nada del rugby profesional; ni administrar, organizar, oír al otro. Deben dar un paso al costado ya. Hay que trabajar con ex jugadores actualizados, que entiendan las necesidades del equipo para llegar en forma al Mundial", dijo.
|