En ese partido
los Pumas igualaron 13-13, hasta ayer el mejor resultado de la historia que se había logrado en esta ciudad ante los locales.
"Esto es un paso histórico del rugby argentino. El grupo se merecía un triunfo como este. Peleó mucho, batalló siempre y entregó todo. Esto no significa que hayamos jugado bárbaro. Cometimos errores y tuvimos momentos de incertidumbre. Pero hubo dos claves: la reacción por la actitud mental del equipo, sobre todo cuando estuvimos debajo en el marcador. Y aparte, a los ingleses les pesó la presión de no ganar hace seis partidos", fue el primer análisis del entrenador argentino, siempre calmo.
Admirado por sus colegas por su amor y dedicación al trabajo, Loffreda no esperó demasiado para marcar las fallas argentinas. "Hay que mejorar en la organización defensiva, en el manejo de la pelota y en la estrategia de los kicks", señaló el técnico, que había analizado a los ingleses personalmente el sábado último, en la caída 41-20 ante los All Blacks.
El head-coach argentino insistió en la necesidad de que los dirigentes reconozcan el esfuerzo y el nivel de este equipo para ser incluidos en un certamen internacional. "Dimos un paso importante, no sé si el necesario. Vencimos a los inventores de este deporte en su casa, en su Catedral. Es un hito y la voz que podemos hacer sonar ahora es profunda, más fuerte; estamos en el tapete mundial".
En plena cuenta regresiva para el Mundial de Francia 2007, Loffreda sacó en limpio del partido que su equipo aún no llegó a su pico rugbístico, que la evolución es permanente y que puede confiar en jugadores jóvenes para reemplazar la cantidad de bajas que minaron de problemas el recorrido de los Pumas hacia esta gira.
A partir de hoy el entrenador pensará en Italia, el próximo rival, pero la tarde de ayer no se la olvidará jamás.
59 son los tests que lleva Loffreda como técnico desde que asumió en 2000; en su ciclo se obtuvieron 37 victorias y 22 derrotas.
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