El malhumor por esperar una hora desde que bajó del avión tras la exitosa gira por Europa (25-18 a Inglaterra, 23-16 a Italia y derrota 27-26 vs. Francia), el domingo a la noche, inmediatamente desapareció cuando lo recibieron sus hijos y Dolores, su mujer.
Siempre va la familia Loffreda a buscar a Marcelo Hernán, el entrenador de Los Pumas desde el 2000.
Con el impulso que dejaba la buena onda de los suyos, con sonrisa de minutos y barba de un día, el técnico aceptó bien dispuesto el mano a mano con Olé pese al cansancio, a las 22.30, luego de tres semanas afuera.
El Tano habló de la excursión y de jugadores. Aunque el ingeniero civil y gerente de Ventas en Alpargatas no confirmó si llega al Mundial de Francia 2007. Sí, como se lee. Y ya lo dirá en la entrevista...
—¿Qué te dejó la gira?
—En cuanto a resultados, ganamos dos tests importantes y levantamos un partido difícil (con Francia), pero nos faltó un poco de frialdad y madurez para ganarlo. La verdad, fue muy buena gira. Todo en general fue muy bueno, el grupo fue de primera, los líderes se comportaron excelentemente bien y llevaron bárbaro al equipo. Nosotros estuvimos muy cómodos... Tuvimos ese episodio en el medio de la gira, ahí por la semana de Italia, pero por suerte eso se solucionó y todo siguió funcionando.
—¿Traés más o menos de lo que fuiste a buscar?
—Traigo más, porque, aparte, se dio una cuestión fortuita por bajas totalmente inesperadas antes de viajar. Lo que se hizo fue ajustarnos, acomodarnos, llamar a los reemplazos, que respondieron bien. Hubo sólo tres chicos que no pudieron jugar: Arocena, Gambarini y Vergallo, pero estaba dentro de los cálculos.
—No probaste a Corleto de fullback y tenés como atornillado a Hernández en esa posición. ¿Ya es así, con Nani de wing, Felipe de centro y Todeschini de apertura?
—Por ahora es así. En el caso de Juan, él está jugando en un nivel superlativo, excelente. Se está consolidando en ese puesto, el de fullback. Además está adquiriendo cada día más confianza. En el equipo es muy importante que tengamos una persona de las características de Juan, y aparte, con la posibilidad de poder salir de nuestro campo con una facilidad y distancia fuera de lo común.
—¿Te preocupa que los tres cuartos no pudieron definir cuando tuvieron la pelota ante Francia?
—No me preocupa. Hay que seguir trabajando, tenemos los instrumentos, los protagonistas, tenemos jugadores de altísima calidad. Hay que ocuparse de los aspectos técnicos. Cuando estemos con más tiempo para trabajar juntos, seguramente vamos a poder mejorar eso.
Loffreda, 47 años, 48 tests en Los Pumas desde el 79 al 94 (sólo un Mundial, como DT en el 2003), en su primera respuesta habló de un "episodio" previo al test match con Italia. Dos días antes, el jueves 16, apareció Patricio Noriega, entrenador de Hindú, en el hotel Jolly Midas de Roma.
Salvo los dirigentes de peso de la UAR (Alejandro Risler, presidente, y Raúl Sanz, secretario), quienes vienen llevando una relación conflictiva con el plantel, nadie sabía que el Pato iba a participar de la gira ni conocían cuál iba a ser su función. Su llegada se tomó como una intromisión, se habló fuera de micrófono de que los dirigentes querían voltear a Loffreda y que, además, esperaban que lo acompañaran los pesados del equipo (Agustín Pichot, uno de los representantes del plantel, y otros profesionales).
Al cabo, hubo una reunión (equipo y técnicos se mostraron fuertes y unidos) y los directivos aclararon que Noriega había ido como asistente del manager (José Luis Rolandi). Al día siguiente, al ex Australia lo mandaron a Francia para que inspeccionara las posibles sedes que la Selección utilizará en el Mundial. Así se descomprimió el tema.
Loffreda contesta al respecto y, como alguna respuesta anterior, pondera a los líderes del plantel, quienes tuvieron una participación fundamental para que la conducción y equipo siguieran en la gira.
—Sobre el episodio al que vos te referiste, hay versiones que indican que los dirigentes te apuntaron, que te quisieron voltear, ¿lo viste así?
—Me sorprendió mucho la aparición de Noriega. No sé si era para voltearme o para sostener una posición que en ese momento estaba difícil como la de manager. Me dijeron que él llegaba para ayudar en la parte de manager, pero todos los que estábamos ahí en la conducción, e incluso los jugadores, no lo entendimos así.
Ahí fue cuando dijimos que eso lo teníamos que hablar claramente y en términos muy precisos para que no hay hubiera ningún tipo de confusión.
—Después de todo eso que se vivió, ¿vas a poder trabajar tranquilo hasta el Mundial, tenés esa seguridad?
—No. No lo sé. Me lo dijo Risler en una de esas reuniones de allá, pero estas cosas nunca se saben.
—¿Podés asegurar que seguís hasta el Mundial?
—No. No puedo hacerlo. Eso no lo puedo asegurar de ninguna manera.
—¿Por todo lo que ya estamos acostumbrados a vivir, por los conflictos que se vienen sucediendo con la dirigencia?
—Sí. Porque pueden ocurrir otro tipo de cuestiones, intereses de otro tipo. Yo no te puedo asegurar que siga hasta el Mundial, realmente no puedo... Pero la intención está, el grupo de conducción está muy bien y los jugadores, ni hablar.
—De varias fuentes me enteré de que estabas dudando si te ibas o no. Incluso que hasta les dijiste a los jugadores que ibas a renunciar, pero te quedaste porque ellos respondieron que, si vos te ibas, se iban todos con vos ese mismo jueves, en Roma...
—Yo no te puedo decir eso...
—Pero, al menos, la respuesta a lo que sucedió da muestras de que la conducción y el equipo están muy unidos...
—Muy unidos, estamos muy bien. Muy sólido el grupo de conductores y el de jugadores.
A buen entendedor... |