El verde de las canchas se vio afortunadamente alterado por los más variados tonos de camisetas. No solo de los colores de la U.R.C, si no por el toque distinto con el que se pintó el día en el club Los Tordos; derivado de los clubes chilenos y sanjuaninos.

Todo empezó hora y media tarde a lo programado por el club organizador. Las canchas divididas y jalonadas perfectamente y la coordinación minuciosa de donde se debía juntar y jugar cada club.

Cerca ya del medio día la mayoría de los niños ya estaban jugando y se escuchaba bulliciosamente entre ello, que partido habían ganado y cual perdido; pero entre los niños se “apostaban” a ganarle a algún club rival de barrio o clásico histórico.

Se transformó en algo tedioso para padres y entrenadores, ver que la división de sus hijos jugaba unos “minutitos” y luego debían esperar entre 20 y 30 minutos para volver a jugar otros “minutitos”. Esto fue un constante escuchar entre los familiares que ya no sabían si estar parados, sentados o caminando para aguantar la espera.

Lo peor empezó a suceder, un olor a asado y hamburguesas espectacular!!! Invadió el club en su totalidad y más de uno comenzó a ponerse nervioso para ver por donde iban a atacar al parrillero, que el pobre desde ya; se estaba perdiendo tras las brasas el día primaveral que estaba acompañando la jornada.

Debieron hacerse las largas colas para obtener las hamburguesas y gaseosas y les puedo asegurar que no sobro nada de nada, ni siquiera le dieron tiempo al heladito a que se derritiera en sus bocas. Estos chicos son un verdadero peligro para cualquier presupuesto.

Ya eran casi las 15:00 Hs. Y muy pocos niños se habían retirado y otros muchos seguían jugando, pero se los veía realmente cansados.

Los que estaban realmente descansados fueron los del servicio de ambulancias de emergencias, que afortunadamente tuvieron muy poco trabajo. Yo diría que casi nada.

El éxodo comenzó entrada la tarde y mas de un padre sentado en las coquetas, nuevas y merecidas tribunas azulgrana; le hacía seña a su pequeño para que embalara el bolso, los botines y a irse…

Se cierra un nuevo torneo infantil, fundamentales para reclutar jugadores, fomentar el rugby infantil y sobre todo para hacer amigos.

Por parte del club organizador, quedaron muchas cosas loables que se deberían repetir y otras para tenerlas en cuenta y mejorarlas la próxima edición.

Por último, rescato una vez mas la gran cantidad de familiares que se hizo presente en las instalaciones de Los Tordos RC.

Gracias a Dios, que en la época que vivimos; podamos ver familias enteras acompañando a los niños y divirtiéndose sanamente en entorno al Rugby… son cosas muy importantes para nuestra sociedad.