Los boks fueron una computadora y de la mano de su gran figura, el apertura, Morne Steyn que sumó 11 de los 16 puntos de su equipo, supieron controlar siempre el partido y defender cada pelota como la última.

Un excelente try del velóz wing de Sudáfrica Mckize, que entró desbordando por la parte izquierda de su ataque, abría el marcador a los 17 minutos de juego, que luego de un penal de Steyn en tiempo cumplido de los primeros cuarenta dejaba el parcial 10 a 0.

La niebla, el frío y por momentos la llovizna que rociaba Carrodilla, hacía estremecer a más de uno de los casi 2000 espectadores que se dieron cita a presenciar uno de los mejores partidos del Torneo.

Y si le sumamos a esto, los potentes tackles de Liam Messan para los Neocelandeces y los de Hilton Lobberts para los Sudafricanos, el estremecimiento era aún mayor, y el "uuhh", levantaba el estadio dando esa cuota de calor en la fría tarde.

La primera parte arrojó una obtención en las formaciones fijas muy equilibrada, cada uno ganaba lo que proponía, esto les daba posesión y posibilidades de ataque a ambos por igual, sólo que el que pudo capitalizar fue el elenco de África, que sólo se lo vió un poco desordenado en el scrum, cuando tuvo a su hooker afuera diez minutos por recibir una amarilla.

Los All Blacks lo tuvieron en el segundo tiempo y varias veces, pero la dura defensa de su rival, truncó cada intento de peligro en el ingoal, hasta que a los 11 minutos pudo vulnerar la defensa Sudafricana y marcar su primer try luego de una estupenda corrida de Hosea Gear, el rapidísimo wing rubio.

Nueve minutos después, nuevamente los de negro visitaron el ingoal contrario, esta vez fue su ala, Serge Lilo, que entrando por la punta, cuasi wing, se lanzó de paloma zambulléndose al try y dejando el scrore 12-13, a tiro de la victoria con 20 por jugar.

De aquí en más todo fue para los All Blacks, que con empuje, y buen control en sus mauls, se fue acercando con pretenciones serias de marcar, lo que nunca pudo ser, los Springboks jamás dejarían entrar al pack contario a su ingoal, estaba escrito, era el destino.

Así casi al final del partido una nueva chance de sumar para Steyn, dejaría el resultado final congelado, como la tarde, en un 16 a 12, con bonus, era el pasaje a la gran final del sábado.

Nueva Zelanda lo tuvo a ganar, pero Sudáfrica no regaló nada y estuvo concentrado en los momentos claves, sobre todo cuando se les vino encima la marea negra, ellos supieron poner la calma para quedarse con una victoria importantísima, la más importante (por ahora) en la vida de estos chicos de 20 años.