Partido vibrante se vivió en el club la calle Urquiza. En un clásico del rugby provincial, Los Tordos y Mendoza se sacaron chispas. Los Blancos, después de ir abajo durante gran parte del encuentro, encontraron en su perseverancia, entrega y garra; la fórmula para doblegar al poderoso equipo de Los Tordos, que pagó caro ceder la iniciativa en el segundo tiempo.

La primera etapa se jugó con algunas imprecisiones, mucho juego con el pie y poco con las manos lo que evidenciaba un típico partido de forwards. Así fue como a los doce minutos, por medio de un Drop, Ignacio Barros abrió el marcador para poner en ventaja a Los Blancos.

Pero la alegría para la visita duró poco, una pelota mal jugada por Lucas Crivelli después de un scrum, terminó en try de Rodigo Salcedo a favor de Los Pájaros.

Ambos equipos buscaban desequilibrar por medio de patadas a los postes, y gracias a esta instancia llegó el descuento de Los Conejos, a través de un penal de Facundo Chacón. Luego, Leandro Tello para Tordos y nuevamente Chacón para Mendoza ampliaron por la misma vía.

Cuando expiraba la primera etapa, en una jugada de otro partido, un line en campo de los locales derivó en las manos de Marcos Genoud, que se escapó por el wing izquierdo y luego de sortear un par de Tackles apoyó debajo de las haches para extender la ventaja en favor de los locales 17 a 9

El complementario empezó con la iniciativa de Mendoza a jugar con los wingers.

En los primeros veinte, los visitantes, no lograron penetrar la línea defensiva de los dueños de casa, por eso intentaban constantemente a los palos, pero después de un par de penales mal ejecutados, la insistencia blanca tuvo su premio. Try de Andrés Morant y conversión de Barros. Promediaba el segundo tiempo y el marcador se ponía 17 a 16.

A partir de ese momento la sensación térmica del partido subió a mil. Los Azulgranas, no podían penetrar la férrea defensa de Los Conejos, que se hicieron fuertes y ordenados en todas sus líneas. Virtud de esto, más garra, corazón y empuje Mendoza lo dio vuelta cuando faltaban ocho para el final, por medio de un penal ejecutado por el capitán Ignacio Barros.