Fue un partido en el que hasta el último minuto, mantuvo la expectativa intacta. Teqüe hizo por momentos sentir su localía, pero incluso no le alcanzó para quedarse con el triunfo.
La primera etapa estuvo teñida de mucho contacto físico por ambos equipos. El duelo de los forwards fue muy reñido. Aunque el empuje de Teqüe en el scrum por momentos pareció de otro nivel.
Ninguno de los dos quería regalar terreno, por lo que la mayoría del juego se disputó en la mitad de la cancha. Sólo una situación de penal desaprovechada por cada equipo, fue el saldo que dejó el comienzo.
Corrían los 25’ minutos iniciales, cuando se produjo un roce muy fuerte que dejó al tercera línea de Teqüe, Facundo Orsi, en el suelo. Esto llevó a la inmediata intervención del médico presente que terminó derivándolo al hospital más cercano, entre aplausos y aliento de los presentes, para atender el cuello del jugador que había recibido un golpe intenso.
En el inicio de la segunda mitad, las cosas no cambiaron demasiado. Al contrario se potenció la lucha férrea de los forwards, pero lentamente el visitante comenzó a asfixiar a su rival y a su vez achicar su despliegue en terreno contrario.
Los “pájaros” sabían que las posibilidades de abrir el marcador serían escasas. Por lo que combinaron una clara demostración táctica y una actitud abrumadora que les permitió penetrar hasta el in goal rival, a través de Diego Tello, luego de una corrida de treinta metros. Estalló la parcialidad visitante de manera eufórica por el try conseguido.
Las esperanzas “azules” parecían escurrirse entre el aliento “azulgrana”. Pero Teqüe, doblegó a partir de ese momento sus esfuerzos y salió a buscar el todo o nada.
A sólo un minuto del final, la última jugada a metros del in goal de Tordos quedó en manos del local. Tanto los jugadores como la pelota respondieron a la jugada “tinaja 140”, que terminó en un try (maul). Resucitaron las esperanzas y la chance de igualar este vibrante partido.
Todas las miradas posaban sobre Garay, quien por un instante se lo miró como héroe, pero también como villano luego de malograr la conversión.
Independientemente del resultado, este partido se jugó de manera brillante. Los chicos dejaron todo en la cancha y fueron más allá del resultado. Jugaron por el espíritu mismo del rugby, y eso quedará en la memoria de los que asistieron a este inolvidable encuentro.
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