Tarde calurosa que calentó a los clavos para sacar adelante un partido que durante un segmento se les iba de las manos. Comienza el partido con el kick off del apertura de Liceo, la ovalada cae cerca de la zona de 22 metros, y tras un error de pase de un integrante de Chacras, Javier Linares, toma la posesión del balón y corre por el lado abierto de la cancha, haciendo un a escapada de casi 40 metros. Corría solo un minuto de juego y los “clavos” ya se ponían 7 a 0, luego de la conversión de Sabaleta.

A continuación de esto, el juego decayó un poco porque fue muy trabado. Las situaciones de anotar eran escasas, generalmente se jugaba por el flanco derecho del local, y no se lograba nada.
Los dirigidos por Leonardo Leyes, tuvieron chances de seguir sacando ventaja con un penal a favor a los 17 minutos, el cual no fue concretado por la corta trayectoria de la guinda.

Lo más destacado de la tarde fue a los 22 minutos, cuando tras querer tacklear a Emilio Depaz apertura de Chacras, el intento de detenerlo tomándolo del pantalón se lo rajaron, quedando este con los cortos en la mano y corriendo con calzas. Seguido a esto llegó la gran sorpresa, Depaz quitó el balón en la zona de 22 metros de la visita, y sin pantalones corrió, anotando debajo de los palos. Así llegó el empate con la conversión de Baistrochi.

El primer tiempo terminó con un parcial de 7 a 7.

El comienzo del segundo tiempo fue con un cambio de actitud para ambos equipos, defendieron más cada pelota, cuidaron que no se cometa otro error que les pueda costar el partido. Las formaciones fijas fueron más peleadas, en el caso de los scrum. La mayoría de los lines fueron ganados por el local.

De Ambrosi, hizo un par de cambios que retocaron la moral del “verdinegro”, y a los 17 minutos llegó un penal que desde los treinta metros convirtió Depaz, poniendo las cosas 10 a 7 para la visita.

Allí se notó el cambio del “tricolor” y más todavía de su figura Javier Linares, tras una gran jugada, que se escapa por el sector derecho enfrentando al pack de forwards, su audacia y velocidad hacen que tome la determinación de tirar la pelota larga y correr para apoyar. La desesperación de la gente que estaba espectando el partido fue porque la guinda picaba y picaba, cada vez acercándose mas a la línea de pelota muerta, hasta que por fin Linares alcanzó a apoyar.

Al minuto 19, se pusieron 12-10, este mismo jugador quiso hacer la conversión, pero al parecer la corrida lo cansó y el balón no llegó a pasar entre los palos.

Desde ese momento todo fue para “los clavos”, la actitud ganadora que tomaron fue determinante, para que a los 24 minutos llegue el último try del partido por parte de los locales, a cargo de Urquiza que ingresó en el segundo tiempo, esta ves el que pateó a los palos fue Ávila, dejando el 19 a 10, y el festejo, por cierto bastante tranquilo de Liceo.