La victoria tiene un centenar de padres, la derrota es huérfana. |
Las respuestas a este interrogante pueden ser tantas como variadas, en un intento a veces en vano de explicar situaciones exclusivas de la competencia de primer nivel, nos encontramos casualmente con que los factores son demasiados y su análisis proviene de distintas ópticas y distintos actores.
En lo que va del torneo, Cuyo (así los llama toda la Argentina salvo los mendocinos) no ganó, perdió los tres encuentros que jugó y aún restan dos más, en las derrotas, si es que en ellas puede haber evolución, la hubo, primero se perdió mal, después un poco menos mal y en el tercer partido se pudo ganar, que sucederá en el cuarto y el quinto, la respuesta no es lineal, lamentablemente.
Diagnóstico. Decir que Mendoza pierde porque el rival es mejor, es, sin dudas, la respuesta más simple y acertada, banal claro, si uno piensa que los factores y explicaciones deben ser varios y fundamentados y no sólo "nos ganaron porque son mejores", perfecto, entonces, que hacemos para que los rivales dejen de ser mejores que nosotros? allí radica la pregunta más importante de todas, cómo hacerlo? allí radica la respuesta más difícil de todas.
El juego. Sacando Buenos Aires y Rosario, frente a Mar del Plata el rendimiento del equipo fue positivo en el aspecto individual, salvo algunos errores de ejecución todos en general jugaron bien, hasta incluso hubo un par de actuaciones destacadas, la deuda está en el volumen de juego, el juego no aparece, no hay identidad por lo menos notoria a simple a vista, tampoco rasgos marcados de la idea principal, por momentos parece que si, pero al final se diluye, se espera con ansias ese volumen, ese que puede llegar a ser capaz de generar este grupo de jugadores como un equipo funcionando como unidad, hasta ahora la gran ausencia.
Más juego. Hay que tener la pelota, regla básica. El line tiene sus momentos de lucidez, el scrum no, desde esa plataforma muy pocas veces aparece una lucecita tenue que amaga con arrancar pero que nunca encandece, a veces ni prende, ni cerca, floja. El Maul y el Ruck anda, camina pero no trota, debería correr a paso firme a esta altura.
Más. El tackle. Existe y salvo algunos yerros el equipo es tackleador, el orden defensivo fluctúa y demasiado de acuerdo al momento del partido, algo crucial. El juego con el pie es deficitario, no se juega bien desde esa destreza y a Mendoza contrariamente le juegan muy bien con el pie.
Crítica. Palabras fáciles y párrafos vacíos con contenidos volátiles pueden escucharse estos días, en esos comentarios se destacan cacerías de brujas, situaciones internas, responsables, culpables, corto circuitos, dirigentes, jugadores, gira positiva o no tanto, entrenadores, este si aquel no, nada debe ser más importante que la grandeza del grupo humano forjado para sostener la estructura a los vientos mal intencionados.
Jugadores. Estos jóvenes jugadores que defienden la camiseta junto a otros más "viejos" dejan todo, a veces no alcanza, pero nadie se guarda nada, que es lo que queda adentro del jugador?, impotencia, bronca, malestar, fastidio, quién quiere vivir con eso? después de todo esto, la autocrítica debe ser imperativa.
Respeto. En lugar de mostrar malestar por estar donde se está, deberíamos estudiar porqué estamos donde estamos, contribuir a soluciones positivas, vivir momentos fuertes pero con soluciones positivas escuchando y respetando al otro, tarea para nada fácil y que en ocasiones está plagada de sabelotodos que con su verdad, muchas veces partidaria e infundada, enarbolan la bandera de los justos, que poca humildad y respeto por los que hacen, los de afuera somos siempre los mejores, gran error.
Excusas. Cada persona en el mundo tiene su razón y manera de ver las cosas, algo es justo, cuando se pierde se pierde y no se anda tratando de justificar nada, se juega mal y se juega mal, demasiado pesada es la cruz que cargan los protagonistas para recibir comentarios despiadados, todo se resume en "el presente siempre es malo, antes éramos mejores y en un tiempo también lo seremos", aburre y no suma, resta, la situación que nos toca vivir es ya, ni ayer ni mañana, hoy debemos actuar.
Futuro. Está viniendo y con buenas proyecciones, lento pero en movimiento, hay madera, hay material, es prioritario buscar más orden y unidad para determinar el camino a seguir en el rugby en general, el seleccionado mayor, el juvenil y los clubes, el rugby es el mismo, evoluciona en todos sus aspectos y regiones, debemos y podemos hacerlo, tenemos con qué, no hay dudas.
Descenso. Mendoza tendrá el próximo fin de semana fecha libre (jugarán Córdoba vs Santa Fe), luego será local ante el equipo del Litoral y en la última fecha se medirá con Córdoba en la Docta, ganar los dos partidos es la única manera de mantenerse en la elite del rugby nacional, perder, será algo que nos hará tocar el fondo en serio para indefectiblemente, cómo única salida, impulsarnos hacia arriba.
Derrota. El dramaturgo y periodista José Saramago decía: Lo positivo de la derrota es que nunca es definitiva, lo negativo de la victoria es que jamás es definitiva.
Unión. Mendoza comienza a transitar un camino al filo del abismo, descender o mantener la categoría, hoy ya es sólo una cuestión de términos, si toca que así sea y si no, pues mejor, el progreso no está en los dos resultados próximos, está en la estructura macro que debe ser sostenida en el tiempo y claro está que por todos.