Córdoba en ataque
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El comienzo del encuentro fue a puro ritmo, con pases precisos y vertiginosos, y una dura lucha de forwards. Córdoba era el que había vapuleado a Santa Fe y Buenos Aires y Rosario aguantaba a pie firme los embates. Pez inauguró el marcador a los tres minutos, y más tarde intentaría sin suerte dos drops, uno bloqueado y otro corto. Tras una jugada en la que tacklearon a Garzón, nadie llegó a recoger la guinda, el fullback se lastimó y el partido cambió de dueño.
Primero, Rosario empató con un penal de Carrió y luego comenzó a cerrar el juego y a aprovechar el maul. Terminó encerrando a Los Dogos contra su ingoal, y sobre el final del primer tiempo, tras machacar largo tiempo con el juego corto, Carrió abrió para un Amelong elástico, que apareció por detrás y capturó la guinda en el pecho de un salto y cayó entre los palos para establecer el 10 a 3 para el local y ponerle pimienta a la definición.
Córdoba movió las piezas en el entretiempo, y apareció en escena Gómez López. Pez jugó de memoria hacia el centro que arremetió entre los defensores y se coló por el medio para apoyar y facilitar la conversión.
El cotejo se empataba y comenzaba la discusión. ¿Valían los tries contra Santa Fe?, era la pregunta ante la opción del triple empate. Pero Rosario quería ganar y no pensaba en la estadística. Durmió la pelota con los gordos hasta el momento oportuno en que Amelong embocó un drop y puso su equipo arriba. Pero la indisciplina le costó caro: dos amarillas le costaron penales que Pez aprovechó y condicionaron al local que se vio llevado por delante y debajo en el marcador mientras el reloj corría.
Maineri empujaba para adelante y Córdoba seguía sus impulsos; uno, dos, tres ataques al lado del ingoal que terminaron en error de manejo y frustración. Hasta que apareció Gómez López, el héroe de la tarde. Rompió Panessi, continuó Tobal, lo bajaron, la sacó Maineri, la abrió Pez y el "Lichi" arrancó, cambió de paso y eludió a tres rivales para apoyar un tremendo try que demolió la ilusión rosarina, agrandada por la conquista de Boaglio, cuando el tiempo expiraba, y depositó sin discusión a Córdoba en la semifinal, de local frente a Mendoza.