Poderío físico. Cansancio. Ventajas. Puntos débiles. Superioridad. Antecedentes en contra. Favoritos. Estrategia. Punto y banca. Ambición. Confianza. Concentración. Todas las preguntas rondan por estos tópicos en el búnker de Los Pumas.
La legión de periodistas que interrogan en distintos idiomas a los jugadores del seleccionado sale a buscar respuestas sobre las ventajas y desventajas entre Los Pumas y los Springboks, que se enfrentarán el próximo domingo en una de las semifinales. Pero antes de cualquier especulación, todos los integrantes del combinado albiceleste dejan en claro que van a salir a vencer a Sudáfrica.
Tanto los backs como los forwards expresan que los Boks pueden ser superiores en lo físico, pero que ellos también tienen armas para defenderse y también para atacar.
El poderío físico africano se combate con la fuerza mental. “Si no damos ventajas en la concentración, podemos ganarles”, afirman convencidos y reparten esa confianza hacia el exterior como un mensaje claro de que el domingo saldrán a buscar el pase a la final.
“En el uno a uno son superiores”, admiten, pero también señalan algunos puntos débiles de su rival. “Les han marcados más tries que a nosotros, Fiji y Tonga les dio pelea, así que no son máquinas ni robots”, expresan animados.
“Les gusta el contacto físico, pero si se los tacklea abajo y se los frena rápido y con rigor, se ponen nerviosos”, continúan y una vez más avisan que no le temen a nadie y que quieren seguir adelante.
Mientras que los periodistas le recuerdan las estadísticas y la historia de caídas ante el conjunto africano, los jugadores criollos responden que “en este Mundial hemos demostrado que siempre hay una primera vez, ya que nunca se había llegado a semifinales”.
“Pueden ser favoritos, pero Australia y Nueva Zelanda, también lo eran con Inglaterra y Francia, respectivamente. Además, en el partido inaugural tampoco fuimos favoritos y ganamos; estamos acostumbrados a jugar así y eso nos motiva más”, coinciden los argentinos.
Y en cuanto al cansancio y el desgaste indican que “ellos están tan cansados como nosotros, llevan el mismo tiempo alejados de sus familias igual que nosotros y han jugado la misma cantidad de partidos”.
Los Pumas no responden con el “cassette”, piensan cada pregunta, prestan atención a los cuestionamientos y argumentan sus posiciones y opinan con conocimientos precisos.
No se sienten ganadores, pero tampoco perdedores. No temen, pero sí respetan. No se la creen, pero -hoy más que nunca- sí creen en sí mismos.
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