Es cierto, con algunos errores pero no muy graves teniendo en cuenta el contexto de este partido.
En cuanto a los valerosos georgianos, dejan la RWC con la frente alta y con el sentimiento del deber cumplido. Con un victoria frente a Namibia y derrotas decorosas contra Irlanda y Argentina, Georgia se ganó el respeto del rugby mundial. Además, consiguieron apoyarle un try a Francia en Marsella.
Con algunos jugadores de Georgia en la Fédérale 1 (tercera división) de Francia, el equipo pudo alcanzar el exigente nivel y les asegura -o la menos eso esperan- un porvenir lleno de expectativas. Pero eso es otra historia.
Beauxis y el juego
Francia se calmó. Hubo 64 puntos, 9 tries, y un Beauxis de apertura, que administró con una rara maestría el juego de los backs franceses. Sin contar su terrible patada que le da tanto aire a sus compañeros. Bernard Laporte y Jo Maso van a plantearse quién ocupará este puesto de número 10 en los cuartos de final. Michalak, es el fuego, Beauxis es la seguridad de aliviar a su equipo.
Pierre Mignoni, victima de una lesión en el minuto 21 le tuvo que dejar su lugar a Jean-Baptiste Elissalde. Probablemente no tenga muchas chances de reestablecerse en apenas seis días.
Reunidos en los vestuarios, los franceses iban a seguir el partido Irlanda-Argentina en la televisión y eran los primeros en alentar al equipo del Trébol. Pero los argentinos ganaron 30-15 en el Parque de los Príncipes y a Francia le tocará desafiar a los All Blacks en Cardiff el 7 de octubre. Allí, los dirigidos de Laborte intentarán hasta lo imposible para ir más allá de los cuartos de final.
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