Durante los primeros minutos del partido, para sorpresa de muchos, fue Georgia quien tomó las riendas del partido y encerró a Irlanda en su campo. Con mucha presión sobre el rival y un juego basado en los forwards, Georgia hizo el gasto, pero no pudo marcar puntos en los primeros minutos.
Con el pasar de las acciones, los celtas se ordenaron, tomaron posesión del campo rival y a pesar de tener penales factibles de pedido de postes, eligieron el line y no se equivocaron. Fue tras una de esas elecciones, que llegó la apertura del marcador, con el try de Rory Best, después de un line que se transformó en maul, y cayó sin lugar a discusión en la zona de marcación georgiana a los 17 minutos.
El equipo dirigido por Cheishvili no bajó los brazos, siguió con el rigor físico y apostó a los drops de su apertura, Merab Kvirikashvili, que no estuvo certero por esta vía.
Sobre el final el partido se hizo de ida y vuelta. Las ventajas para Irlanda aparecieron en el juego de backs donde encontró espacios, pero no lo concretó en el marcador. A los 38 minutos, Irlanda perdió a Wallace por una amonestación, y en ese mismo penal, Georgia descontó con el pie de Kvirikashvili para cerrar el primer tiempo en 7-3 para los celtas.
En la segunda parte, la intensidad se mantuvo e Irlanda no sufrió demasiado la inferioridad numérica. Pero en pleno ataque irlandés, Giorgi Shkinin interceptó una pase largo de Peter Stringer en 22 metros adversarios, para correr más de tres cuartos de cancha y marcar un try que puso a Georgia arriba en el marcador por primera vez al quedar 10-7 sobre Irlanda, en 44 minutos de partido.
Los británicos quedaron aturdidos y los nervios comenzaron a recorrer su cuerpo. Pero mientras el apertura de Georgia era atendido en el campo de juego, Irlanda quebró entre los centros y Girvan Dempsey definió por punta izquierda, sorteando el tackle de Bidzina Samkharadze que no pudo hacer el cierre. Irlanda quedó 14-10 con la conversión de O'Gara, en 54 minutos.
En el último cuarto de partido, Georgia se adueñó de la pelota y lució una gran fortaleza física para jugar un ritmo de partido infernal. Irlanda, apenas si se limitó a defender, aunque en esta faceta del juego fue ordenado para no cometer penales. En los minutos finales, el try de la victoria para Georgia nunca llegó, aunque se fue del campo de juego sonriendo, en contraste con la decepción celta, a pesar del triunfo.
En sus próximas presentaciones, Irlanda tendrá un partido fundamental ante Francia, el 21 de septiembre a las 21:00 en el estadio de Saint Dennis de París; mientras que Georgia se medirá ante Namibia, el 26 de septiembre a las 18:00, en el estadio Felix Bollaert, de Lens.
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