El primer tiempo se caracterizó por los errores de manejo y los continuos penales que cometían ambos equipos. Little sumó un penal y Onishi respondió con dos. Para la emoción del try hubo que esperar hasta los 35 minutos donde Qera interceptó una pelota y corrió 40 metros directo al ingoal para despertar de la modorra a los miles de aficionados que están presentes en el partido.
La ovalada no tenía su tarde soñada, picaba por el campo a causa de los reiterados kicks y los pases mal realizados. Deambulaba caprichosamente pero no por su culpa, sino por quienes intentaron marcarle el camino. Inoshi marcó un penal y dejó el parcial 10 a 9.
El complemento fue todo lo contrario. Vértigo emoción, cambios en el resultado, tries, penales, espacios y un público expectante ante semejante espectáculo. Las ideas no fueron las protagonistas, pero si las intenciones.
A los 8 minutos Qera hizo una nueva carrera, esta vez de 30 metros, y volvió a zambullirse en el ingoal. Japón respondió con un try de Thompson que con la conversión de Onishi dejó arriba a los nipones por 19 a 17.
El partido comenzó a tomar emoción y Little, con un penal, puso el 20 a 19 a favor de Fiji. Los ganadores inflaron el pecho y la fantasía comenzó a tomar protagonismo en el conjunto ganador, y luego de varios pases certeros y de buen gusto, Rabeen dejó a su equipo a tiro del punto bonus.
Con 20 minutos para dar vuelta la historia Japón se fue a al carga y con un line preciso y un maul potente llegó al try por medio de Soma. El partido llegó a su pico de emoción y Fiji le pagó a su rival con la misma moneda. En un penal a 5 metros pidió scrum, empujó con los gordos, los lanzó al ingoal y en el tercer intento Leawere logró el punto bonus al marcar la cuarta conquista.
Para deshacer las esperanzas de los asiáticos Little sumó un penal y dejó el partido 35 a 24, pero en esta RWC ningún equipo baja los brazos. Un try de Thompson y la posterior conversión de Onishi dejó el partido 35 a 31 favorable a los del Pacífico y con 3 minutos por jugar.
Fueron 7 minutos en los que los ganadores resistieron y los japoneses intentaron por todos los medios buscar el triunfo. El desgaste se sintió, lo que hizo aumentar la emoción del final. Un inicio para el olvido fue dejado a un lado en el complemento para terminar el encuentro con el público de pie aplaudiendo a los dos equipos.
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