Imagen que se repite por todo el centro de Christchurch
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La cuidad más importante de la Isla sur es Christchurch, este lugar fue nombrado como sede para la Copa del Mundo, incluso Los Pumas tenían ya planeado monta su bunker aquí, sin embargo algo sucedió y transformó a esta floreciente ciudad en un pueblo hoy sumido en la tristeza pero haciendo un gran esfuerzo para salir adelante, “will back soon” (volveremos pronto), es lo que se lee carteles en todos los locales comerciales del centro.
El 22 de febrero de este año todo cambió y ya nada volvió a ser lo mismo para esta pintoresca ciudad, el terremoto de 6,3 grados de intensidad en la escala de richter, fue demasiado para esta amable gente que perdió todo dejando una ciudad en ruinas, aun hoy pueden observarse como quedaron las viviendas, edificios, calles y lugares históricos.
Hoy el recorrido nos lleva a presenciar un lugar destruido, vacío, con pocas personas pero con todo el entusiasmo que contagia e invita a volver a sonreír en la ciudad plagada de flores, jardines y mucha predisposición para levantar la ciudad.
Lee Young, japonesa de 23 años vive en esta ciudad desde hace dos años, su vivienda en el edificio West Fritzroy no sufrió daños importantes y ella debió dejar su morada sólo dos días para luego volver, sobre lo que sintió aquella tarde la muchacha oriental lo primero que salió de su boca fue: “scare”, (miedo).
Uno de las estructuras más dañadas fue la catedral anglicana en Christchurch, construida en la segunda mitad del siglo 19, la torre de la catedral alcanzaba los 63 metros de altura, hoy no existe, aunque quedan restos de la estructura que se entremezclan con las flores que nacen a sus pies y las máquinas que continúan removiendo escombros día tras día.
Un centro oftalmológico se encuentra hoy tal como quedó el día del terremoto, todavía hay lentes, listas de pacientes, sillas, computadoras, vasos sucios, cajones con materiales médicos, todo yace inmóvil, petrificado en el tiempo y nadie toca nada.
Esta tragedia causó la muerte de 166 personas, decenas de heridos y más de 200 desaparecidos, el daño fue evaluado en 12 mil millones de dólares entre indemnizaciones y reparaciones.
Ayer el seleccionado de los All Blacks estuvo en la ciudad visitando lugares y charlando con la gente, Richie Mc Caw, capitán del equipo y nacido justamente en Christchurch, comandó la comitiva recibiendo muestras de apoyo y cariño por parte del pueblo que sigue y confía en sus All Blacks para iluminar un poco sus vidas que en los último días han sido bastante All Blacks.