Por Andrés Ruiz Vacca
Marista se consagró Campeón del Torneo del interior por primera vez en su historia, venció en la final al Jockey de Córdoba por 27 a 7. Es el primer equipo de la región de Cuyo en lograr el galardón federal.

El Cura. Campeón. Tenía ese adjetivo adherido a los torneos locales, pero era esquivo a los nacionales desde 1973 con aquel título del Nacional de Clubes, pues bien, súmele el título que le faltaba a sus vitrinas a uno de los mejores equipos de los últimos tiempos.
Y la tercera fue la vencida, luego de perder dos finales del torneo del interior, 1998 ante el mismo Jockey y en 2019 ante GER, finalmente el Cura gritó Campeón a los cuatro vientos de la magnífica y abarrotada tarde en La Carrodilla, no cabía un alfiler.
El partido fue atractivo por momentos, pero deslucido por otros, era una final y las finales, como todos saben, se ganan, no importa si jugás un rugby total, además fue demasiado cortado producto de varias lesiones, tarjetas y todas las intervenciones con el TMO.
Bautista Filizzola se encargó de abrir el score con un penal certero, después de unos minutos, el apertura se iba a retirar con tarjeta azul por un golpe en la cabeza, en su lugar iba a ingresar Genaro Podestá que tuvo una tarde espléndida.
Justamente, promediando este período, Podestá marcaba el primer try del partido en la esquina del lado corto del capo. El Jockey hasta acá poco, no lograba llevar peligro a campo contrario y todo era del Cura, además perdía a su capitán, Augusto Cugnini, por tarjeta roja.
Sin embargo, de a poco el conjunto Cordobés empezó a apretar y con un pack que se hizo fuerte en el scrum, (se jugó el primero casi a los 20 minutos), tuvo la pelota para marcar, después de un pick and go, el octavo Patricio Molina llegó al descuento.
Se iba la primera mitad, pero, otro de gran partido, Lucas Bartolini, se lució en la bandera y marcó para el Tricolor, Julián Hernández la puso desde la línea de cal para dejar el parcial 17 a 7 para los de Daniel Roccuzzo.

El segundo tiempo se jugó mucho tiempo en el centro de la cancha, pocas acciones de peligro, y las que había, no llegaban al resultado deseado por mérito de la defensa de cada equipo y también por errores propios, era tal la intensidad que los cambios fueron entrando uno tras otro.
Los primeros 20 minutos de este complemento no pasó mucho, el score ni se movió, Marista era dueño del line con el Tomate Gómez que hizo lo que quiso en el cielo, después, un par de penales errados por el Jockey y más cambios, ya estaban hecho todos y cada vez que había una pelota muerta caían al piso muertos 4 o 5 players. Que intensidad hermano.
Juli Hernández, que también la rompió toda, acertó un penal y estiró un poquito la diferencia, el Jockey no lograba marcar puntos y vaya que los necesitaba, es más, nunca pudo sumar en esta segunda mitad, claro, adelante tenía un equipo demasiado valiente que reventaba a tackles todo lo que pasaba cerca.
Terminaba el match 20 a 7 y ya se cantaba en las tribunas “daleee Campeonnn” párrafo aparte el aliento de las dos parcialidades, una pinturita. Y cuando nadie lo esperaba en tiempo cumplido, otra vez, el insolente de Genaro Podestá haciéndole frente al mundo facturó en la bandera para sellar el campeonato.
El resumen. Partido jugado como toda final, parece un dicho pero es así, Marista fue oportuno en los momentos justos y el Jockey no conectó cuando tuvo sus chances. |