Figura: Rodrigo Báez avanza y lleva a su equipo al frente |
Se disputó la otra semifinal del Top 10 Cuyano 2012. Liceo y Teqüé se vieron las caras por tercera vez en el año, pero está vez se ponía en juego el ansiado pase a la final del torneo. Emociones, alegría, amargura, suspenso, llanto, público, color. Todo eso hubo hoy en La Carrodilla.
Hubo lágrimas de tristeza y frustración en la gente de Teqüé, que luego de un muy buen año se quedaron en la puerta de la final, mientras que del otro lado, también hubo lágrimas, pero de alegría y emoción. Liceo, luego de vencer a su par “Azul” por 23 a 22, se mete por cuarta vez consecutiva una final de Top Ten.
Fue uno de esos partidos donde dos buenos equipos dejan todo, el alma, el amor por la camiseta, por el club y por quien tienen al lado. Un partido digno de apreciar y aplaudir. Si antes de empezar el partido alguien pronosticaba quién se iba a imponer desde un principio, mentía.
Andrés Ramos, árbitro del encuentro hizo sonar su silbato y le dio vuelo a la ovalada. Liceo fue el que se posicionó primero en campo rival, sin la posesión de la pelota, pero con una firme marca arrinconó a Teqüé. Apenas lograron tener la pelota, Canet anotó por al vía del penal. Pero, tan vertiginoso era el ritmo del match que inmediatamente Juan Pablo Soto devolvió gentilezas y empató.
De repente, alguien apagó el ritmo ofensivo de Liceo. Teqüé se hizo amo y rey de la posesión y comenzó a acechar permanentemente el ingoal “Clavo”. Incisiones de Santiago Sánchez y arremetidas de Gonzalo Pérez, eran el arma del “Azul”. Lo negativo, no podían anotar, por errores de manejo, de toma de decisión y desconcentraciones propias de la vehemencia. Eran superiores en el juego, pero no en el marcador.
El equipo de General Ortega, hacía todo lo posible por sumar. Eran superiores en las formaciones fijas, y eso asustaba a su rival. Insistir y ser potente en cada embate, tuvo su recompensa. Jonathan Radich se juntó con la pelota luego de muchas fases por parte de su equipo y anotó el primer try del encuentro.
La primera etapa entraba en sus últimos minutos de vida y ambos equipos seguían jugando como hacía media hora, pero el desgaste físico era invisible y el mental se notaba mucho. Los dos daban todo. La posesión tanto del balón como territorial era un vaivén y los knocks on, pases forwards y falla en las decisiones eran permanentes. Por suerte, para ambos, Ramos dio el pitazo que indicaba que debían descansar. El marcador parcial era de 10 a 3 a favor de Teqüé.
Los últimos cuarentas iban a ser decisivos y tan furiosos, si cabe el término, como los primeros. Un minuto, drop de Juan Pablo Soto. No se conformó y nuevamente hirió a su rival tres penales.
La pelota iba y venía. Era de uno, a los segundos del otro. En una situación peligrosa de tackle, Alejandro Garbuio, de Teqüé, vio la roja. Ahora, los dirigidos por Oyanarte-Bassega tenían un forward más.
¿Se acuerdan de Liceo estaba apagado ofensivamente? Bueno, Rodrigo Báez encontró el interruptor. El tercera línea aprovechó que su rival padecía la perdida de su ala defensivo y comenzó a quebrar la línea de ventaja cada vez que se juntaba con el balón. Posteriormente descargaba a las espaldas de los defensores para continuar el juego. Otro motivo de la levantada de Liceo, fue la dinámica de Escayol, su impronta.
Desde ese entonces, el panorama era otro. Liceo comenzó a ser dañino con su volumen de juego. Esto desembocó en los tries de Alan Poquet y Andrés Alvarado. El equipo de La Carrodilla estaba dando vuelta un panorama, que para muchos, era irremediable. Tan solo dos puntos lo separaban de Teqüé.
Los dirigidos por el trío kretschmar- Pelliciari-Aguilera, comenzaron a desconcentrarse, fallar en el tackle pero cada vez que tenían la pelota, atacaban, preocupaban pero no marcaban. Teqüé jugaba con más corazón que ideas.
Faltaba tan solo un minuto y Liceo insistía a metros del ingoal “Azul”. Ramos, dictamina un penal a favor del “tricolor”. Con decisión y presencia Canet hace pasar la ovalada por los postes, deja su equipo al frente por uno y la hinchada de Liceo explota.
Teqüé veía la final escurrirse entre sus dedos. Pero, posterior a la salida los de General Ortega lograron recuperar la posesión y la conservaron con criterio, buscando el centro de la cancha para que un penal a los postes fuese factible. Lo lograron, pero desde una posición no muy favorable para Soto. Sonó la chicharra, y muchos cerraron sus ojos para evitar el suspenso. El 10 apuntó, disparó pero falló.
El encuentro finalizó y Liceo le arrebató a su rival el pase a la final.
El marcador final arrojó un 23 a 22 a favor de “Los Clavos”. De esta manera Liceo se estará midiendo dentro de siete días con su clásico rival Marista, en busca de consagrarse el mejor del Top 10 Cuyano 2012.