Por mucho tiempo se creyó que el rugby era un deporte de elite. Sobre todo por la parte económica (es un deporte en donde se invierte bastante dinero), pero hace años que ese mito o creencia se fue derribando o decreciendo. Hoy lo juegan personas de clase media, y no sólo gente adinerada o perteneciente a “grupos selectos”.
Siguiendo con que el deporte de la ovalada es cada vez más inclusivo, también lo es respecto a las capacidades y características físicas. Ya que el rugby es uno de los deportes que aprovecha los distintos tipos de contextura, es decir, puede jugarlo una persona alta, baja, flaca, gorda, etc. Todos los físicos son necesarios y cada puesto cumple una función específica, pero no por ello menos importante.
Un fiel reflejo de ello es el caso de Matías Alaniz, pilar de Banco Rugby Club, quien es hipoacúsico bilateral profundo. Su dificultad es de nacimiento (malformación coclear), es decir, es sordo y al no escuchar le cuesta hablar, se maneja con lenguaje de señas. Esta dificultad, sin embargo, no le impide desempeñarse como cualquier compañero de equipo y ser una parte importante de tal.
RDC lo entrevistó e indagó sobre cómo es su experiencia en este deporte:
RDC: ¿Cómo y gracias a quién llegaste al club?
MA: Siempre me gustó el rugby y un día mi papá me llevó al club. Desde ese día no dejé nunca, es una pasión.
RDC: ¿Qué sentiste los primeros entrenamientos y el primer partido?
MA: Muchos nervios. Tuve que hacer siempre más esfuerzo que los demás, quizás por mi situación para entender e l deporte.
RDC: ¿Te costó entender el juego?
MA: No, siempre lo entendí, a veces las explicaciones prácticas eran más fáciles. Pero creo que siempre fue dentro de lo normal.
RDC: ¿Cómo te manejás con las señas en el line, las jugadas o los tiempos del scrum?
MA: En el line al que levanto hace un envión y me toca una o dos veces según la jugada. En el scrum no sé, veo la situación; si empujan los compañeros o una seña. En el juego yo veo todo y ahí me doy cuenta de si se para la jugada o no.
RDC: ¿Alguna vez pensaste en dejar, o que no te ibas a poder adaptar?
MA: No, nunca pensé en dejar de jugar. Siempre pensé y estuve convencido de que podía. Tuve momentos duros, pero siempre quise jugar. No soy de abandonar.
Jugador de Selección…
Matías hace dos años que forma parte del Seleccionado de Rugby Sordos Argentina (RSA). Este es un combinado que tiene la particularidad de que todos sus integrantes no escuchan y se manejan por lenguajes de señas.
Los jugadores son de todo el país y se reúnen esporádicamente para jugar algún amistoso. Su técnico es Armando Parreño y el año que viene tienen “el objetivo” a cumplir. En el Reino Unido se juega el mundial de la especialidad, en el que los muchachos argentinos quieren competir cabeza a cabeza contra potencias como Inglaterra, Irlanda, Gales, Australia y Nueva Zelanda, entre otros.
RDC: ¿Desde cuándo estás en el Seleccionado de Sordos?
MA: Estoy hace casi 2 años. Fue una experiencia diferente, con jugadores que sienten lo mismo que yo en la cancha y en la vida, buenas personas que están luchando por la entidad de selección. Uno de los objetivos que hemos logrado es que en la ficha médica de la Unión Argentina de Rugby (UAR) se coloque si el jugador es “sordo o hipoacúsico”, para saber cuántos jugadores sordos hay.
Nuestro seleccionado se llama RSA (Rugby Sordos Argentina ) y estamos en la lucha, con proyectos de viajar a jugar el mundial de sordos del año que viene, y amistosos durante el año.
RDC: Te nominaron como uno de los 3 mejores jugadores del Seleccionado argentino. ¿Qué sentís al respecto?
MA: Sí, fui elegido con 2 compañeros más en la terna, 2 amigos. El premio lo gané y lo recibí en Buenos Aires, no soy muy de estas cosas, pero me gusta y me da orgullo.
RDC: ¿Cuáles son tus expectativas u objetivos a lograr en el rugby, o cuáles te quedan por cumplir?
MA: Llegar a la primera de mi club, ese es mi objetivo. |
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