Un cambio de domicilio que excede los 9432 kilómetros marca el rumbo de la nueva vida de Matías Díaz. Adiós a Teqüé. Hasta luego a Los Pumas. El pilar de 20 años desembarcó en el sueño de su vida: jugar el Super Rugby.
Claro que antes del placer de debutar en el máximo torneo de clubes del hemisferio Sur, que nuclea tanto a neozelandeses como australianos y sudafricanos, existe la bendita pretemporada. Esa puesta a punto infinita que presupone esfuerzos sobrehumanos para estar a tope durante el torneo y poder tener el físico suficiente como para sobrevivir durante lo que será una larga temporada para el jugador argentino.
Injusticias o no de la vida, Matías Díaz prácticamente no tuvo momento para poner su cuerpo en modo relax. Claro, el 2013 -año de su explosión- fue un conjunto de aeropuertos, concentraciones y partidos en el máximo nivel. Sin embargo, ahí está Díaz, poniéndose a tono para el comienzo del SR.
La realidad marca que no está tan lejos. Los neozelandeses harán su debut en el certamen en la segunda semana, que corresponde al 22 y 23 de febrero próximos. Ahí, Highlanders colmará las 30 mil butacas del Forsyth Barr Stadium cuando reciba a los Blues.
"Estoy muy bien por suerte. Tratando de disfrutar los momentos en que no tengo algún dolor en el cuerpo (risas), me han recibido de la mejor forma", contó a través del otro lado de la pantalla.
-¿Cómo vivís esta primera etapa en Highlanders? ¿Cómo se desarrolla una pretemporada de un equipo de Super Rugby?
- En el más alto nivel claramente. Es realmente muy exigente, terminás siempre muy agotado. No te quedan muchas energías como para disfrutar el resto del día (risas). Por suerte paramos dos semanas durante las fiestas -antes habíamos tenido tres de fuertes trabajos- así que esas vinieron muy bien para recuperarse, despejar la cabeza y llenarse de afecto de tus seres queridos. Nada mejor que pasar el tiempo con tu gente, así que me vino muy bien.
-¿En este tiempo, con quiénes te estás llevando mejor? ¿Tenés algún argentino cerca para darte una mano?
-Con todos los chicos realmente, no hay ninguno en especial. Todos se acercan a ver cómo estás, te hablan, se acercan como personas. Para ellos no es algo muy habitual que venga gente de afuera y a la vez de tan lejos. Se les nota el mismo entusiasmo que el mío. Hay unos mendocinos acá en la ciudad y nos hemos contactado. Nos juntamos a comer y a charlar con los chicos.
-¿A qué apuntás, a nivel personal, con Highlanders?
-Mi objetivo es aprender a aprovechar este momento y este lugar. Decidí venir a jugar a este lugar priorizando mi aprendizaje, espero y tengo las mejores expectativas acá en Nueva Zelanda. Te repito, aprovechar al máximo esto. Hay distintos momentos en que estás tan ocupado en horarios y responsabilidades que no ves en el lugar en el que estás parado y mirando lo que has pasado para llegar hasta acá. Así que, a tratar de disfrutar y aprender entre los momentos más exigentes. |
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