Sebastián Perasso |
Con la organización conjunta del San Isidro Club, Liceo Militar y la editorial Zona de Tackle, mas de 350 personas desbordaron el quincho del SIC, muchas de ellas con enorme pasado en el rugby, disfrutaron del homenaje a quien fuera un recordado entrenador.
Carlos Villegas, universalmente conocido como Veco, fue jugador de Liceo Militar, club al que luego también entrenó, además de ser entrenador del San Isidro Club durante 19 temporadas y de Los Pumas en los años 1974, 1976 y 1977. En sus 19 años al frente del SIC cosechó trece campeonatos y ganó poco menos del 82% de los partidos disputados.
Mas importante que eso fue la docencia que hizo, tanto en el rugby como en aspectos fuera del deporte, según manifestaron los oradores que cautivaron a los presentes.
La presentación, con la conducción de Diego Pasman, comenzó con un video preparado por la editorial que emocionó tanto que hubo que repetirlo al finalizar los oradores.
Alejandro Bleuzet, Presidente del San Isidro Club, fue el primero en exponer, definiendo a Villegas como “un capítulo ineludible en la historia del club. Era alguien que parecía saberlo todo. Duro con el problema pero blando con las personas.”
Le siguió Raúl Eyherabide, Presidente de Liceo Militar. “En el club, Veco pasó de jugador a maestro sin darse cuenta. Fue un grande del rugby que trascendió internacionalmente. Es un prócer…nuestro prócer.
“Este libro es emotivo para todos los que lo conocimos y enriquecedor para los no lo conocieron. Tiene merecidamente como homenaje este libro que va a ser clave para perpetuar su memoria.”
Fernando Villegas, hermano de Veco, agradeció la enorme cantidad de público presente, entre los que había ex entrenadores, capitanes y jugadores de Los Pumas, jugadores que habían sido entrenados por Villegas tanto en Los Pumas como en el SIC y Liceo Militar, amigos y familiares. “Es impactante la presencia de todos; un testimonio de quien fue el Veco. Pasó un cuarto de siglo y este reconocimiento enaltece mas a quien se destacó como hijo, hermano, padre, amigo y rugbier.”
Sobre el amor por el rugby de su hermano mayor, contó algo que “pocos saben: en 1974 entrenó a Liceo Militar, al SIC y a Los Pumas. Para el Veco, el rugby era un medio para educarse, relacionarse, crecer.”
En uno de los muchos momentos emocionantes de la noche, en un desbordado quincho del SIC, su hija Mechi, en representación de sus hermanos, evocó a Veco y Maricha Villegas. “Hoy, 25 años después, nos encontramos para recordar a nuestros padres, para celebrarlos. Papá y Mamá siempre nos guían desde el cielo. Sus nietos conocerán a sus abuelos gracias al libro.”
Quien mucho luchó, no siempre con éxito, por contener sus emociones fue Diego Cash, quien llegó al primer equipo del SIC cuando Villegas era entrenador. “Tuve la fortuna de hacer sido entrenado por muchos; quienes tuvimos la suerte de haber sido entrenados por él aprendimos muchísimo – del juego y de la vida.”
“Un entrenamiento suyo era como participar de un hospicio religioso. Cada práctica un cátedra. Era enorme el bagaje técnico y sus enseñanzas eran imposibles de absorber en poco tiempo. Era un maestro y en el rugby encontró su lugar.”
“El Veco sacaba lo mejor de uno; siempre conseguía que dieras un poco mas. Es raro hablar que el Veco no esté porque sigue vivo a través de su testimonio.”
Cerró la presentación el autor Sebastián Perasso. “Cuando Joaquín me pidió que escribiera el libro sobre su padre fue un momento mágico. Fue un trabajo de equipo; hicimos mas de 70 entrevistas en 11 provincias. Me fue difícil escribirlo por la admiración que tengo por Veco, pero tengo satisfacción porque excedió al rugby. Hacía sentir importante al otro; moldeó personas de bien.”
Este es el sexto libro publicado por Perasso – el primero en el sello Zona de Tackle – que destacó “la coherencia y credibilidad increíble para poder transmitir el mensaje, que hemos querido dejar por escrito. El desafío ahora es multiplicarlo porque excede el rugby, el deporte y se instala en la vida misma.”
Perasso, hijo de Emilio que entrenó con Villegas en 18 de las 19 temporadas en el SIC, fue la cabeza de un consejo editorial integrado por familiares y amigos. Entre todos decidieron donar los derechos de autor a la Fundación Rugby Amistad.
Ricardo Sabanes, Director de Zona de Tackle, destacó la importancia de este libro. “Es un placer para nosotros poder presentar este libro de 150 mil palabras, dividido seis partes que enmarcan la vida de Villegas y su familia, su amor por el rugby y que incluye algunos de sus escritos. Desde la editorial estamos orgullosos con este libro que ya se distribuyó en todo el país para su venta.”
Este es el tercer libro publicado por Zona de Tackle, que ya trabaja en otras cuatro publicaciones – las memorias de un ex Puma y las historias de tres clubes centenarios. Se puede conseguir en las principales librerías de todo el país.
Además del lanzamiento en el SIC, “Veco Villegas, Pasión por el Rugby” se presentará también en Tucumán el 7 de noviembre en ocasión del Torneo Veco Villegas, en Mendoza el 16 de noviembre y en Rosario el 22 de noviembre, Mendoza.
Pilar
Movido por el deseo de tener un hijo rugbier, Veco esperaba que su primogénito fuese un varón. Sin embargo, el mismo día que cumplía treinta y un años nacía su primera hija, Mercedes. Una niña fuerte y saludable que pesaba cuatro kilos y medio.
Se recuerdan acaloradas discusiones en el seno familiar respecto del nombre de la recién nacida. Haciendo alarde de su fanatismo por el rugby y como un homenaje al puesto que había desempeñado en su etapa como jugador, deseaba bautizarla Pilar.
Veco lo entendía como un acto de estricta justicia, como un merecido reconocimiento a una posición que le había dado muchas satisfacciones en el campo de juego. Pero más allá de sus buenas intenciones, su propuesta no encontraba respaldo en la opinión de su esposa. Otras personas allegadas al círculo familiar apoyaron desde un comienzo la moción de la madre, y la iniciativa de Veco nunca pudo imponerse.
Ingeniería del scrum
Catamarca Ocampo decía que el scrum era un sistema de fuerzas que terminaba siendo una “cupla” que provocaba el giro naturalmente hacia la derecha. Ello era así porque en el ingreso de los dos packs al scrum, los hookers no chocaban sus cabezas, sino que cada uno acomodaba la suya hacia la izquierda del oponente a fin de permitir el ingreso.
Con dos fuerzas en distinta posición el cuerpo gira. En función de ello, Veco debía idear un mecanismo para robustecer el lado derecho. De esa manera podría conseguir que el sistema de fuerzas se desplazara para el otro lado y evitara el giro. Veco estudiaba los pesos que debían tener los forwards y el hecho de que el pilar, el segunda línea y el ala derechos, debían necesariamente tener un peso más elevado que el resto.
Se interesaba en estudiar los porcentajes de peso corporal que debían tener los jugadores que integraban el lado derecho del scrum a fin de equilibrar las fuerzas. Establecía fórmulas y echaba a volar su imaginación con el objeto de diagramar el sistema de empuje coordinado, basado en formulas matemáticamente comprobadas.
Los éxitos deportivos
Dirigió al quince del SIC en 423 partidos, de los cuales ganó 345, empató 16 y perdió 62. Una eficacia asombrosa del 81,56 % de los partidos disputados. Sus equipos marcaron 10.736 tantos
y recibieron 5.206, lo que representa un promedio de 23,38 puntos a favor por encuentro. Un dato auspicioso, si se considera el rugby estático de aquel entonces y la distinta valoración del try, que hasta 1992 valía cuatro puntos.
En las diecinueve temporadas consecutivas como entrenador de la primera división, obtuvo trece campeonatos, cinco subcampeonatos y un tercer puesto. Nunca, en casi dos décadas, se bajó del podio del entonces torneo de la Unión Argentina de Rugby (ahora URBA).
El coach
1987 le depararía a Veco una hazaña sin precedentes. El 10 de octubre el SIC se enfrentó por segunda vez al seleccionado australiano y consiguió el resultado más relevante y significativo de su historia deportiva. Aquel sábado en el estadio de Vélez Sarsfield el equipo logró un empate en veintidós tantos frente a los Wallabies, que contaban con jugadores de la categoría de Michael Lynagh, Mathew Burke, Nick Farr-Jones y Simon Poidevin, entre otros
El SIC estuvo muy cerca de alcanzar la victoria: un intento de conversión de Marcelo Loffreda que salió desviado a tres minutos del final, producto de un try de scrum, se la hubiera otorgado. Rafael Madero recuerda la estrategia diseñada por Veco: “Nuestra falta de altura en el line out ante semejantes torres era notoria. Durante gran parte del encuentro me insultaron de afuera porque no sacaba la pelota y la dejaba adentro, pero así fue planeado el partido. Y salió casi perfecto”. Juanjo Barceló, quien integró la dupla técnica con Veco, relata la antesala de esa gran cita deportiva: “Unos días antes del partido nos reunimos Veco, Bambi Soares Gache y yo para planificar el partido.
Veco le tenía miedo a la velocidad de los backs australianos y Bambi, a quien él escuchaba mucho, propuso una forma de defender para tratar de contrarrestarla”. “Hicieron un trabajo consciente, detallado, consiguieron videos de Australia, analizaron cómo atacaban y esquematizaron un sistema que después se terminó utilizando muchos años” dice Marcelo Loffreda, capitán del equipo en ese encuentro. “Veco nos decía que los australianos eran tipos más veloces y por ello teníamos que tener más gente afuera, porque si éramos más, íbamos a poder complementarnos aunque nos pasasen en velocidad.
Bambi Soares Gache estaba como segundo fullback, y defendíamos de afuera hacia adentro, como la rush defense que se usa hoy. Actualmente se dice que ese sistema de defensa lo empezó a usar Sudáfrica, pero en realidad, gracias a la capacidad de innovación que tenían los entrenadores, entre ellos Veco, se logró neutralizar a un equipo muy veloz, muy pulido técnicamente”.
De puño y letra
“Ver un pack de forwards desplegar un ataque profundo es unas de las acciones más bellas del rugby, que requiere una gran capacidad técnica individual, un grado muy alto de apoyo y una confianza enorme de que los forwards, moviendo la pelota, pueden llegar al try.
Entonces, si el juego suelto de forwards es la característica actual de los grandes packs, solo cabe recordar que todo está relacionado y que no habrá pack capaz de desarrollar un excelente juego suelto si este no se basa en dos formaciones fijas sólidas y en formaciones espontáneas lo más eficientes posibles. A partir de allí, estaremos en condiciones de tener un pack completo capaz de sumar tries para su equipo.
Con respecto al juego suelto, los forwards no deben olvidar el otro aspecto distintivo del rugby: el tackle. Un pack de forwards capaz de tacklear toda vez que pierde la pelota es un pack preparado para la victoria. Recordemos el principio neozelandés que dice: “Un gran ruck se inicia en un gran tackle”. Desarrollemos en nuestros forwards la confianza para tacklear, que es una de las maneras de convertirse en un Gran Forward”.