Agustín Pichot |
—Agustín, ¿ya está solucionado el asunto del cachet por el partido en La Plata ante los All Blacks? ¿Scioli va a pagarle a la UAR? Porque el gobierno provincial está con algunos problemitas de caja…
—Sí, yo hablé con Scioli la semana pasada y se comprometió a que la plata va a estar. Y no tengo por qué dudar de su palabra.
—Capaz que viene en doscientos treinta cheques diferidos…
—Mientras pague…
—¿Las otras provincias que ya tuvieron partido de Los Pumas este año cumplieron con sus compromisos?
—Córdoba, no. De la Sota no cumplió. Nos lo avisó antes del evento, cuando ya no lo podíamos cambiar.
—¿Qué va a pasar cuando se arme, como está pasando, el cuello de botella, y se empiece a tener rugbiers formados en el sistema de alto rendimiento que no tengan dónde jugar? ¿Hay plan?
—Sí, hay. Vamos a tener que esperar a 2016, cuando se renueven los contratos comerciales con la televisión, con los dueños de los derechos, que se abra una franquicia en el Super Rugby. Ese es mi objetivo para los próximos cuatro años. El Rugby Championship ya lo vivo más como espectador. Eso ya pasó. Ahora hay que buscar poner una franquicia.
—¿Dónde?
—Ni idea… recién estamos arrancando. Esa franquicia ni idea dónde la vamos a establecer. Imaginate que la ponemos en Buenos Aires y nos saltan los del interior a la yugular, la ponemos en otro lado y saltarán otros… Pero eso es muy adelante, falta. Primero, la intención es que haya, por ejemplo, dos zonas o conferencias de Super Rugby. Estamos pensando en un torneo groso. De hecho, mi reunión en Australia de la próxima semana tiene que ver directamente con esto. Nosotros apuntalamos a Sudáfrica, que es la que va para adelante como un tractor con esto.
—¿Ese es tu objetivo para tus próximos cuatro años?
—Mi objetivo es desarrollar y seguir organizando el alto rendimiento, seguir para adelante con el plan de crecimiento de los diferentes estamentos del rugby argentino y buscar tener esa franquicia en el Super Rugby.
—Sanzar está feliz con la inclusión de Argentina. Al menos su CEO, Greg Peters, estaba exultante en Mendoza. Es una buena señal.
—Lo de Mendoza fue extraordinario. Te diría que para los dos próximos años casi que se ha garantizado ser sede nuevamente. Peters quedó encantado, se enamoró de la Argentina, de la pasión… él no había vivido nunca eso. El fue uno de los que más pusieron el cuerpo para que esto saliera para adelante. Fue uno de los que más me han ayudado, y han ayudado al rugby argentino, en el último tiempo. Todos necesitamos a alguien que te dé una mano y él fue uno de ellos. Cuando le regalé una camiseta, se le llenaron los ojos de lágrimas. Es una gran persona. Los sudafricanos también ayudaron, pero con ellos la relación es casi de hermandad, desde hace muchos años. Ellos ya sabían cómo era todo y por supuesto que fueron los principales impulsores. Los que aún no saben cómo es, porque no vinieron nunca a ver nada, son los australianos.
—Se armó una especie de pica con Australia por su oposición o su postura, digamos, anti-Argentina, para este torneo. Imagino que cuando viste la tabla de posiciones habrás sonreído para tus adentros.
—Je… bueno, de hecho, John O’ Neill, el CEO de la unión australiana, uno de los más críticos a la inclusión de Los Pumas en la competencia, me llamó y me felicitó.
—Estabas emocionado. Y lo exteriorizaste. En Ciudad del Cabo y en Mendoza caíste en la realidad.
—Sí, lloré como un nene. Y eso que lloré muy pocas veces en mi carrera… Estaba en el vestuario y Roncero me dice: “Estás llorando más que nosotros… aflojá”, pero la verdad es que no podía parar. Es que fue tan o más duro que la previa a haber salido tercero en el Mundial 2007. Fueron cuatro años de mi vida en los que muchas veces di esa batalla solo, muy solo. Por eso me quebré. Estos últimos cuatro años de todos “no” me iban sacando toda la energía que tenía. Pero a mí, cuando me decís que no, no lo entiendo. Yo siempre redoblo la apuesta.
—¿Creés que Los Pumas jugaron el mejor partido de la etapa Phelan?
—Creo que jugaron el mejor partido de los últimos diez años, mínimo. En muchos aspectos, estos Pumas ya son superiores a los de 2007. Este equipo tiene una evolución de todo, de juego, en sus líderes, que lo hace superior. Es fuerte esto, ¿no?
—Entonces, ¿qué va a pasar con el puesto de entrenador de Los Pumas cuando Phelan deje su cargo, según dijo, dentro de un año, cuando venza su contrato? Se fantasea con…
—Con que yo digito y pongo los entrenadores.
—Exactamente.
—No… olvidate. No existe la “dedocracia”. Yo sufrí eso y me negué siempre a que pase de nuevo.
—Entonces, ¿cómo va a ser el proceso de selección?
—En agosto del año que viene hablaré con Tati, le preguntaré qué quiere hacer y, en base a eso, veremos cómo continuamos. Si él no sigue, vamos a conformar un comité evaluador –del que espero que Graham Henry sea el presidente– para buscar entre agosto de 2013 y enero de 2014 un reemplazante.
—¿Un sistema por currículum, digamos?
—Exactamente. Abierto a todos lo que califiquen para esa postulación. No quiero hablar de candidatos, pero acá hay muy buenos sucesores, gente que sabe mucho. Daniel Hourcade, Martín Gaitán, el Yankee Martin… puede ser argentino, puede ser extranjero… Hay muchos, pero falta todavía.