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17.03.2011 | 11:11
Mucho más que Rugby en las Islas Malvinas
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Rugby sin fronteras realizó una clínica para chicos de las islas; las múltiples vivencias de una jornada por demás especial, hay dos mendocinos en el grupo.
Los Integrantes posando de cara al Sol

Dos son los representantes mendocinos que integran la delegación en las Islas, ambos parte del staff de Rugby de Cuyo, Javier Ortiz y Marcelo Deambrosi viven junto al grupo una experiencia única.

"Las comunicaciones desde las islas hacia el continente, son muy complicadas y carisimas, me pregunto por que sera, solo tenes unos minutitos diarios para hablar, caminar por las calles de malvinas, con el viento helado en la cara, recorrer trincheras y ver elementos dejados por nuestros combatientes como si hubiese sido ayer el combate... te deja la sangre helada y las lagrimas recorren las mejillas hasta morir en el corazon...!, así relataba Javier Ortíz sus vivencias en las Malvinas.

Leandro Milán, parte del grupo relata:

islas Malvinas.- Cruzamos la tranquera de hierro que separa la ruta del cementerio de Darwin. Caminamos por el sendero de piedras, donde en el aire sólo se oye el sonido de los 230 rosarios que golpean contra las cruces sobre las que reposan.

Es un sonido que engloba cualquier palabra, un sonido que cuenta por sí mismo una historia, un sonido que invita al silencio y a las lágrimas. Arrodillados delante de las tumbas, dos veteranos de la guerra, Julio Berta y Oscar Roberto Vázquez -presidente del centro de ex combatientes y familiares de veteranos de Guerra de Malvinas (partido de Ituzaingó)-, rememoran a cada uno de los compañeros caídos.

Caminamos leyendo los cientos de epitafios que rezan "soldado argentino sólo conocido por Dios" y pensamos en cuántos padres, hijos, hermanos y mejores amigos se llevó la guerra. Rendimos homenaje al soldado Martella, padre de uno de los que jugaron el primer partido de Rugby Sin Fronteras en las islas, en 2009, y partimos hacia la cancha de la Community School a darles una clínica de rugby a los chicos isleños.

Llegamos a la cancha de rugby y vemos, para nuestra gratísima sorpresa, cómo un grupo de niños de la isla corre hacia nosotros desbordando felicidad, tirando sus mochilas al costado del predio y saludándonos en un esforzado español.

Somos una bocanada de aire fresco para ellos, algo nuevo, que a pesar de las prohibiciones de sus padres no quieren perderse. Minutos después, llegan otros chicos, preguntando, preocupados, si pueden entrenarse también pese a llegar tarde por haberse quedado en detention (castigo escolar).

Todos corren a nuestra par, pasan la pelota hacia atrás, cuentan en inglés cada flexión que hacemos si alguien comete algún error, mientras los isleños más grandes nos miraban desde sus camionetas 4x4, tratando de encontrar algún motivo oculto en esa acción. Esa acción que, como señala Claudio Peroni, uno de los integrantes de RSF, "es amor, venir hasta el culo del mundo a pasar una pelota y enseñarles a estos chicos el rugby, es amor".

Termina la clínica a las 18, un horario en el que, por costumbre local, ya se está cenando. Los chicos celebran su primer tercer tiempo entre alfajores Jorgito y se les explica el valor que tiene ese momento en el rugby. Se les muestra que después de un partido los contrincantes dejan de ser tales para pasar a ser compañeros; que se celebra la amistad y, por sobre todo, el respeto.

Ellos corren a sus casas sabiendo que posiblemente, por no decir con seguridad, serán castigados. Pero corren felices, llevan orgullosos sus remeras de Rugby Sin Fronteras como la bandera de un nuevo concepto, de una nueva idiosincrasia. Nosotros, mientras, en sintonía con el clima, vamos cambiando de estado: empezamos el día llorando en Darwin, lo seguimos sonriendo en la cancha y en este máster de vivencias lo cerramos en el tercer tiempo abrazados con lagrimas de emoción.

NO ESTAN HABILITADOS PARA TRABAJAR

No hace falta visa para ingresar en las islas Malvinas, salvo que sea para trabajar. Pero a los argentinos no los dejan. Todo lo contrario sucede si se cuenta con un pasaporte de la Comunidad Europea.

Leandro Milán - Producción RugbydeCuyo
1 Opiniones

17.02.2011 | Juan Pablo Laudadio
Que bueno es leer este tipo de notas, que bueno que a traves del rugby podamos construir nuevos puentes para que reconquistar la soberanía de nuestras islas. Mucha sangre derramada, muchas lágrimas y como dice Claudio Peroni mucho amor...Felicitaciones a los promotores de esta iniciativa. Gracias...

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