Juan Martín Hernández sin Mundial

Sin él, la Argentina perderá un genio para el que no hay sustituto, pero también debilita un estilo de juego. Los Pumas de 2007 apoyaron gran parte de su estrategia en la excelente colocación de los kicks de su apertura, capaz de hacer llevar el partido al lugar de la cancha que él decide con su pie. Un pateador exquisito que conseguía puntos definitorios con sus drops y determinante, también, a la hora de elaborar juego.

La pérdida es irreemplazable. Phelan moverá a Felipe Contepomi como apertura y, al sacar al mellizo del centro, incluirá, seguramente, a Santiago Fernández, un jugador confiable pero que estará haciendo su debut en el Mundial.

La segunda mirada es que? todo esto ya viene pasando desde hace tres años en una increíble mala racha de lesiones del jugador más talentoso que tiene el rugby argentino. Y Phelan ha ensayado durante estos tres años para armar a su equipo sin Hernández.

Claro que la espera tenía mucho sentido. A este equipo, la transición tras el bronce de 2007 le está costando mucho. Todo es esfuerzo y no sobra nada. Lo que se esperaba, en todo caso, era un milagro. Pero no pudo ser. Hernández no estará en la lista de 30 jugadores que hoy dará a conocer el entrenador Santiago Phelan. Así, la Argentina se queda sin su máxima estrella en el Mundial de Nueva Zelanda cuando falta exactamente un mes para el comienzo del torneo.

Según pudo saber La Nacion, la decisión la tomó Phelan el sábado tras la goleada frente al combinado regional Sudamérica Invitación. En San Juan, Tati habló con Hernández y se reunió con los médicos de los Pumas, Mario Larrain y Guillermo Botto. Las noticias no eran las mejores. El crack argentino no llega a completar la rehabilitación de la rodilla derecha, tras la rotura del ligamento cruzado anterior. Ésa fue la sentencia final; el tiempo de espera se agotó: el Nº 10 de Racing-Métro quedó marginado del grupo que enfrentará a Inglaterra en la ciudad de Dunedin en 30 días.

La lucha por recuperarse fue absoluta. Pasaron casi cinco meses -se cumplen el 16 de agosto- de una operación en la que se hizo un doble injerto en el ligamento cruzado de la rodilla derecha. Durante ese tiempo, Juani logró alcanzar una movilidad completa, con buen desarrollo de la masa muscular y ya estaba haciendo trabajo de gimnasio, bicicleta y en la cancha con trote y pasadas. Pero a 30 días del Mundial, aún no corrió en zigzag y no pateó una pelota.

En la última entrevista con LA NACION, Hernández se mostró con confianza, pero había adelantado que sólo iría a Nueva Zelanda si completaba su recuperación. No lo logró. El camino a la decisión final tuvo también algunos capítulos que resultaron claves. El primero fue la negativa de su club a cederlo para que Hernández se sume al grupo de 39 jugadores que viajó a la ciudad estadounidense de Pensacola para realizar la puesta a punto. Luego llegaría otra mala señal: el equipo parisino informó a la Unión Argentina de Rugby (UAR) que no le permitiría al apertura estar presente en el amistoso del último sábado; no es que Phelan y compañía tuvieran pensado hacerlo jugar, sino que querían probarlo y ver cómo reaccionaba de cerca. No hubo manera. Los médicos tuvieron que conformarse con las evaluaciones del staff del Racing-Métro y las charlas con el jugador.

Sin dudas, la Argentina sentirá su ausencia. Los Pumas deberán conformar un equipo sin la estrella del último Mundial. El jugador que llegó a ganarse un canto al que sólo un puñado llegó. Fue un partido inolvidable para él y para todos los presentes en el Parc des Princes, en la última Copa del Mundo. La Argentina vencía con comodidad a Irlanda y lo dejaba fuera de la competencia. Hernández, que jugaba uno de sus mejores partidos con la selección, acertó un drop de zurda y la barra argentina le hizo un homenaje: empezó a corear "¡Maradooo, Maradooo!".

Con 29 años, el Mago, que en 32 test-matches con la camiseta nacional anotó 83 puntos (seis tries, cuatro conversiones, seis drops y nueve penales), se mentaliza en volver en óptimas condiciones. Ya no apura su puesta a punto. Hernández buscará completar la recuperación para volver a su mejor nivel; el objetivo no será ya participar de un nuevo Mundial, el tercero en su cuenta personal, sino lo que vendrá para la Argentina en año que viene: el Cuatro Naciones. Cuando se supere este golpe, nos daremos cuenta de que los Pumas todavía lo necesitan.