Felipe Contepomi

La seductora propuesta había sido irresistible. Dejar atrás una exitosa aventura en Irlanda no fue una decisión sencilla en Dublín es idolatrado, pero Toulon, con su calidez, y la posibilidad de probar suerte en la liga francesa, resultó más que estimulante. Sin embargo, dos temporadas después de ese cambio, las sensaciones son otras, por eso, el destino le abre una nueva puerta en el Top 14.

"Es un lindo desafío. Ir a París, a un equipo en reconstrucción, con un entrenador como Cheika (Michael), al que conozco bastante (N. de la R.: ambos estuvieron juntos en el Leinster irlandés y lograron dos títulos), y con varios amigos y jugadores con los que compartimos un montón de cosas, es muy interesante. Será una gran prueba y voy con la expectativa de volver a colocar a Stade en lo más alto de Europa", puntualizó Contepomi en diálogo exclusivo con Scrum, mientras esperaba en el aeropuerto para venir a nuestro país, donde la semana próxima quedará concentrado con Los Pumas.

- En los últimos tiempos no se te veía cómodo en Toulon, ¿qué balance hacés de tu paso por el club, en tu primera incursión en la liga francesa?
- Toulon fue una experiencia que siempre voy a valorar, porque me sirvió para volver de la lesión (N. de la R.: antes de incorporarse, en las semifinales de la Heineken Cup con Leinster, se operó la rodilla izquierda por la rotura del ligamento cruzado anterior)... a pesar de que en lo estrictamente rugbístico, por los resultados, no fue de lo mejor. Pero de todo siempre se aprende, y yo me quedo con eso. Tuve la suerte de compartir equipo con excelentes jugadores, se intentaron hacer cosas distintas, y eso es lo más importante. Toulon es un club inestable por las actitudes del presidente (Mourad Boudjellal), y tampoco la forma de juego es la que más me gusta. Pero, te repito, de todo se aprende.

- Te vas a Stade Français que tampoco vive un presente del todo positivo, desde 2007 que no gana nada, y ¿creés que esa presión puede ser condicionante?
- Stade es un club con mucha historia y tantos años de sequía se sienten. Pero la presión que se pueda transmitir no puede ser diferente a la que se vive en cualquier otro de los clubes de Europa. Lo que me atrae es estar involucrado en un proyecto interesante, en el cual todos vamos a intentar salir adelante. Ojalá podamos hacer algo parecido a lo que logramos en Leinster. Eso nos inspira.

Contepomi, de 33 años, reforzará la robusta legión argentina en Stade Français, que hace pocos días perdió la final de la Challenge Cup ante Harlequins- y donde se encuentran Rodrigo Roncero, Gonzalo Tiesi, Martín Rodríguez Gurruchaga y Pedro Ledesma; Juan Manuel Leguizamón se alejó y tiene que definir su nuevo destino, mientras que la otra flamante adquisición es la del platense Nahuel Tetaz Chaparro. Mario Ledesma, que concluyó su etapa como jugador en Clermont porque perdió en semifinal con Toulouse, se unirá como entrenador de los forwards como le contó a Scrum, y los rumores de que también se acoplaría como asistente Gonzalo Quesada parece que no se harán realidad. Vale apuntar que en París además residen los hombres de Racing-Métro: Juan Martín Hernández, el tucumano Alvaro Galindo y el mendocino Juan Pablo Orlandi.

Stade Français será el cuarto equipo del Viejo Continente para Felipe Contepomi. El capitán de Los Pumas emigró en 2002 a Bristol, entre 2004 y 2009 representó a Leinster (conquistó la Celtic League y la Copa de Europa) y en Toulon actuó en las campañas 2010 y 2011. En este último ciclo, el ex Newman disputó 41 partidos y anotó 165 puntos; en el Top 14 que está concluyendo, el Mellizo participó de 19 cotejos de Toulon (13 como titular), con un acumulado de 1096 minutos de acción.

Aún no tomó contacto con el glamour parisiense y tampoco puede hacer demasiadas proyecciones, pero Contepomi vislumbra que en la capital francesa tendrá lugar su despedida: "Sí, con ésto cierro mi ciclo profesional. Soy realista y sé que estoy viviendo el tramo final de mi carrera, excepto que salga una píldora para rejuvenecer y pueda seguir después en los próximos dos años (risas). No, no creo que lo estire mucho más, y es sumamente estimulante poder cerrar mi etapa como profesional con un entrenador (por el australiano Cheika) con el que me siento identificado y con un montón de amigos. Ojalá podamos trasladar a la cancha las cosas que nos propongamos".

"¿Newman? Lo que pasa es que uno a esta edad -33 años- se pone metas más cortas. Por supuesto que si llego bien, sería un sueño poder volver a jugar en Newman, pero no puedo afirmar nada, ni hacer promesas. Sólo sé que me encantaría", confesó el Mellizo, que muda su jerarquía a Stade Français.