Debió ser roja, el arbitraje dejó mucho que desear en la Copa FIFA 2010
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Esto está pensado para el fútbol de altísimo nivel en función a lo que se usa en el rugby profesional.
Video-ref: quedó más que claro en el partido entre Alemania e Inglaterra que es clave tener alguien disponible para dar una mano donde sea necesario. Frank Lampard convirtió un golazo que solamente el juez de línea y el referí no vieron.
Al estar conectado, desde la tribuna podrían haber frenado al árbitro y revisar la acción. Si no fuera gol, a lo sumo se hace un pique. Y si es gol, se ahorran un montón de críticas y dolores de cabeza. El rugby tiene el video ref desde hace algunos años con altos niveles de suceso.
Sistema judicial: en el rugby, cuando al referí se le escapó una situación de juego sucio o a pesar de haber accionado hubiera ameritado una sanción mayor, hay sistemas en funcionamiento para que el agresor no tenga escapatoria.
El sistema que está comenzando a aplicarse en el país (en la URBA) permite que haya alguien a cargo de ver el partido y destacar situaciones que hubieran ameritado una tarjeta roja; si así lo considera puede pasarle a un oficial judicial. Para esto es fundamental la disponibilidad de imágenes televisivas para servir como pruebas.
Una vez que ingresa en el plano judicial (deportivamente hablando), hay mínimos y máximos atenuantes para las suspensiones. Así, el patadón al pecho del holandés De Jong sobre el español Xabi Alonso en la final de la Copa del Mundo de Sudáfrica hubiera ameritado una larga suspensión.
Quejas y faltas de respeto: que nadie le habla al referí en el rugby no es cierto, pero se sigue manteniendo un respeto entre jugador y árbitro que en el fútbol es inexistente. De cómo se dejan tratar es que funciona la disciplina en el fútbol. Lo mismo con los que simulan faltas (ahora se los puede sancionar, aunque no siempre es así). Entonces, al que le habla al referí de fútbol que se lo pueda sancionar generaría un deporte más limpio, más honesto.
Sin-bin: No sería muy difícil cambiar el sistema de tarjetas. Que exista, al igual que en el rugby, el sin-bin para el jugador que no entiende que hay un reglamento. Tal vez sean entonces tres las tarjetas, o la primera sea sin-bin.
También así habría más control con las tarjetas de parte de referís que no saben cuándo y cómo sacarlas.Reloj: el drop de Jonny Wilkinson en la final del Mundial 2003 tuvo la particularidad de que todos sabían cuánto faltaba para que termine ese partido. Un reloj que se frena cuando hay lesionados acabaría con la farsa de los minutos extras al tiempo oficial. Un solo reloj, con la posibilidad de pararlo. Ley de ventaja: el rugby entiende mucho mejor lo que es la ventaja y cómo aplicar la ley.
El fútbol es un desastre en ese sentido. Off-side: quizás no haya ense-ñanzas del rugby aquí, pero ya que estamos, que sea más sencilla la forma de saber quién está habilitado y quién adelantado.
Reemplazos: Si bien el rugby tiene muchos reemplazos y cuando empieza a usarse el banco a veces el partido cambia demasiado, el fútbol sólo puede reemplazar a tres jugadores de campo. ¿Diego Maradona lo bancó a Nicolás Otamendi o reemplazarlo significaba hacer tantos enroques que no le alcanzaban los cambios? Si hubiera tenido uno o dos cambios más, ¿podría haber cambiado algo? Seguro que sí.