La postal de los Pumas y las Leonas

Un partido de hockey entre jugadores de rugby y jugadoras de hockey. ¿El objetivo del singular enfrentamiento? El mejor: ayudar. Sí, porque todo lo recaudado fue destinado al proyecto Gallito Ciego Móvil, que es un salón comedor a oscuras adaptado para que quienes lo deseen puedan vivir la experiencia de comer como lo hacen las personas no videntes.

La movida se largó a eso de las seis de la tarde con diversos y originales juegos infantiles y, luego, previo al plato fuerte de la tarde pautado para las 20, tocó la Sinfónica Nacional para Ciegos. Un lujo.

Y lo que también fue digno de aplaudir fue la enorme cantidad de gente que, esquivando la definición del Apertura 2010 y del Abierto de Polo de Palermo, se decidió a invadir el casi para, además de reírse un rato largo, colaborar con una causa 100% benéfica. Y claro, las presencias de, entre otros, Agustín Pichot, Diego Albanese, Maguie Aicega, Mercedes Margalot, Vanina Oneto, Tati Phelan (fue el entrenador), Mariné Russo, Tomás Leonardi, Manuel Contepomi, y Miguel de Achával eran sumamente tentadoras como para no acoplarse a la fiesta.

¿Cómo fue la acción? ¡Divertida! Fue un verdadero flash verlo al grandote Agustín Creevy intentando dominar la bocha o a Mechi Margalot metiéndole el palo entre las piernas a quien se le cruzara por el camino. ¡Ah! también fue para la carcajada el "¿de dónde se hace el corner en este juego?", que tiró el ex Puma Martín Durand, luego de que la bocha se perdiera fuera de los límites del campo de juego.

El primer tiempo, que fue de 15 minutos, terminó dos a cero para las chicas, que facturaron gracias a la efectividad de Margalot y Oneto. Pero en el complemento, y después de un improvisado Haka femenino, la cuestión se emparejó y los festejos estuvieron del lado de los Pumas, que estuvieron recargados con los refuerzos de Chiche Moresi, Mario Almada y el arquero Mariano Chao. ¿Quiénes rompieron el arco? Martín Durand y Mauro Comuzzi, a quien se lo vio bastante ducho a la hora de gambetear rivales.

Con la igualdad tatuada a fuego, y con la Copa San Isidro necesitando un dueño (el evento fue declarado de interés municipal y el intendente, Gustavo Posse, estuvo presente), se decidió que se jugaran cinco minutos más con gol de oro. Nervios y aliento para ambos bandos.

En el comienzo del alargue dio la sensación de que los hombres, gracias a sus topetazos, se iban a quedar con la victoria. Pero finalmente la precisión de las chicas en los metros finales fue la que hizo que el triunfo decantara del lado femenino. ¿La autora dorada? Adivine. Dos pistas: Rulos y vincha colorada. ¿La sacó? ¿Otra ayudita? Goleadora bestial. Sí, adivinó: la que puso el tres a dos definitivo fue Vanina Oneto, quien definió magistralmente un centro milimétrico que le llegó desde la derecha.

"Generalmente se aplaude a los que están adentro de la cancha, pero hoy hay que aplaudirlos a todos ustedes por venir a apoyar y a colaborar con el proyecto Gallito Ciego", agradeció Agustín Pichot, en el epílogo del evento, haciendo referencia a la enorme cantidad de público que colmó las tribunas. Las palabras del ex capitán Puma sirvieron de cierre para una tarde/noche mágica, en la que, además de las Leonas, ganó la beneficencia, algo que no es figurita repetida en los tiempos que corren. Y por eso, los aplausos: para las chicas, para los chicos y, especialmente, para el compromiso de todos.