Agustín Pichot en París
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París es su casa desde hace seis años, y París le dicen al Stade Francais, club que defendió del 2003 al 2007 con dos títulos incluidos. París, entonces, lo fue a buscar para que Agustín Pichot sea el referente que necesita en estos últimos tres meses de liga, que desembocan en unas semifinales (¿y final?) que seguro tendrán de protagonista al equipo más glamoroso de Francia. El ex capitán de Los Pumas, a los 34 años, aceptó el convite. Siempre que el físico le responda. Ficha habla por primera vez desde el anuncio de Max Guazzini, presidente del Stade.
-¿Por qué volvés?
-Se dio una oportunidad que pensé se iba a dar antes. Cuando terminé la temporada pasada con el Racing, en junio del 2008, y nos perdimos el ascenso en la final, sentí que me quedaban ganas de terminar bien. Pasó que después del Mundial había quedado muy cansado física y mentalmente para engancharme de nuevo con un club. Fue así que tampoco seguí con el Racing y quise no hacer nada por un par de meses. Por eso en julio no podía tomar la decisión de seguir. Por ahí se daba jugar contra Sudáfrica, en agosto, pero la verdad es que con Los Pumas sentía que ya estaba la etapa cerrada. La quise forzar pero me di cuenta de que, interiormente, con el Mundial se había terminado, y bien. El seleccionado me había dado todo y no tenía ningún otro desafío.
-¿Cómo se dio?
-Yo había hablado con Max, en julio. Le dije que París siempre iba a ser mi club en Europa porque habíamos vivido cosas muy importantes, aunque nos había quedado pendiente la Eurocopa. Y quedó ahí. Durante tres meses me desenchufé, no me entrené, nada. Y a fines de octubre me vi de nuevo con Max y le dije que quería ganar la Eurocopa. Y volvió a quedar ahí. Me empecé a entrenar solo, tranquilo, y después me llamaron para decirme que me preparara porque si el equipo se clasificaba a los cuartos me querían adentro.
-Y se quedaron afuera…
-Por eso saqué los pies del acelerador, porque quería el desafío de la Eurocopa al lado de Juan (Hernández), Rorro (Roncero), Legui (Leguizamón) y Pedrito (Ledesma). Pero vinieron hace casi 20 días y me dijeron que se había lesionado un medio scrum (Thierry Bouhraoua) y preguntaron si yo quería ser parte del plantel hasta fin de temporada. Ahí lo pensé. Porque tenía que prepararme físicamente y volver al plan de entrenamiento de Athlet’s Performance en Estados Unidos. Hablé con los chicos, mi familia, y salió. Es por poco tiempo, pero el desafío es enorme.
-Hay muchas versiones. ¿Ya firmaste?
-Todavía no se hizo nada oficial porque estoy poniéndome a un nivel físico muy exigente. Y una vez que llegue a ese punto tengo que hacer los testeos médicos. Si ambas cosas dan bien, se oficializa. El resto ya está arreglado.
-¿Cuánto te falta a nivel físico?
-Quince días de entrenamiento exigente, que se cumplen a fin de febrero. Pero el desafío ya está planteado.
-¿Cuándo te juntás con el plantel?
-El jueves vuelven todos de las vacaciones que se tomaron hace diez días por el Seis Naciones.
-¿Vas con los cortos?
-No, de civil. Hasta que esté oficializado no me voy a entrenar con el club.
-¿Vale la pena por tres meses? ¿Es tan bueno el contrato?
-No vuelvo por la plata. Vuelvo porque tengo ganas de terminar en el Stade Francais, porque se dio así. Me quedaron ganas de jugar un par de partidos y disfrutarlos, es como que después del Mundial no disfruté de terminar bien. Necesito tres meses más para tomarme un desafío y, a la vez, disfrutarlo.
-Estabas casi retirado…
-No especulé nunca. Nunca dije que me retiraba. Mi único error fue decir que quizás jugaba para Los Pumas contra Sudáfrica, pero fue más un intento desde el corazón, porque Los Pumas sí era una etapa cerrada. En cuanto a terminar en París, todavía tenía ganas.
-¿No disfrutaste el título de la liga 2006/07?
-Sí lo disfruté, pero estaba todo dentro de un proceso del Mundial. Después jugué en el Racing y no terminé como yo quería.
-¿Te ves de titular?
-Ahí está el desafío: la presión a mí mismo de llegar a sentirme bien en cancha.
-No jugás hace más de siete meses. ¿Hay riesgo físico y deportivo?
-Eso es lo que voy a saber cuando termine de prepararme. Y no creo que los entrenadores me pongan si estoy lento o no la puedo pasar. Me parece que, antes de exponer a un equipo, voy a saber entender si no estoy a la altura. Pero hay códigos que no perdés. No es jugar por jugar ni por la plata ni porque me falta ganar algo. Es un desafío contra mí mismo: después de tantos meses estar a nivel para jugar. Quizás sea egoísta, pero ¿puedo darme el lujo de sacarme las ganas, disfrutar estos últimos tres meses? La apuesta es enorme, el equipo va segundo en la liga.
-¿Te ves campeón?
-Está en el temperamento de uno, que no juega para perder. Me gusta disfrutar, sí, pero ganando. Aunque está lejísimos en las prioridades. En el 2007 mi prioridad era armar dos equipos para salir campeón, Los Pumas y París, conducir un éxito. Hoy quiero ser parte, lo cual incluye jugar bien y ganar. Pero primero debo ganarme un puesto.
-¿Por qué Stade Francais te necesita a los 34 años y tiempo sin jugar?
-Habré hecho algo bien, o por ahí es marketing, como algunos decían, jajaja. Creo que no es por una falta de líderes, sino porque quizás puedo aportar algo positivo para el grupo.
-¿Tu carrera termina a fin de mayo con la liga o te tirás a la Eurocopa?
-Son sólo tres meses, aunque la Eurocopa va a estar en mi cabeza hasta que no pueda correr. Así como dije que no le había cerrado las puertas a París, digo que es muy difícil que siga, pero no lo puedo confirmar. La puerta no la cierro.