De origen futbolero, en lo deportivo, (llegó a jugar en la inferiores de Independiente de Avellaneda en Buenos Aires), apasionado por los deportes, adoptó el rugby a través de sus hijos desde el año 1974 y así se enamoró de Liceo Rugby Club y también del Mendoza RC donde jugaban sus hijos (Fernando, Daniel y Coqui Pérez Magnelli).
En el Liceo integró por los setenta y ochenta varias comisiones directivas, fue decidido apoyo de todos los que hacían por el club en tres grandes momentos, la gira a sudáfrica de 1980, la compra del Luzuriaga y la nueva sede en Carrodilla.
Siempre metiendo, fue compañero como vicepresidente de Horacio Scaiola durante casi 5 años años en el exitoso período desde 1994, '95,'96, '97 y '98, después siguió involucrado hasta la última Comisión en que intervino con Ricardo Canet en el 2006 y 2007, hasta que la salud lo fue dejando de lado y siguió como fana de su nieto Franco.
Lo vamos a extrañar. Arturo es una de las típicas figuras que, cuando hay buena madera, genera este deporte. Entendió, porque él era así, lo que significa la amistad, fue muy amigo de sus amigos y nunca eludió los compromisos que esto exigía.
Hasta siempre Arturo.
Hoy el velatorio es en su casa en calle Liniers 85 de la Ciudad de Mendoza, a las 16 hs habrá una misa de cuerpo presente en la Iglesia Buen Pastor en calle Martín Zapata de 5ta sección y a las 17 hs será el entierro en el Parque de Descanso. Acompañemos y despidamos a Arturo como él lo hizo con el club. Están todos convocados.