05.02.2008 | 10:12
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50 años no es nada
El Rosarino Miguel Mansilla, con 50 años cumplidos hace unos meses y 30 jugando en primera división, este pilar de Provincial sigue siendo el jugador más veterano en actividad.

Una gran pila de camisetas propias y de una gran diversidad de colores dan cuenta de su rica historia ligada al rugby.

Como todos los años su pretemporada empieza temprano porque no le gusta dar ventaja, aunque reconoce que las mañas ya le ganaron algunas pulseadas. “Ya no corro como antes, pero todavía me doy el lujo de poder entrar a una cancha de rugby y divertirme”, se ufana el forward en un claro ejemplo de empuje.

Miguel nació el 4 de noviembre de 1957 en La Cesira, provincia de Córdoba y hoy, medio siglo después reniega de tener que colgar los botines. “Todavía tengo ganas de ir a entrenar. Cuando eso no pase más, desarmo el bolso y no juego más”, confesó desafiante.

Su historia de en el rugby comenzó en Los Pampas de Rufino, en 1972 cuando tenía casi trece años. El lo cuenta así: “Cuando llegué al secundario tuve de profe a Heriberto Bossio, que odiaba cualquier deporte que no sea el rugby a tal punto que si aparecía alguien con alguna pelota de fútbol, se la rompía. Yo jugaba al fútbol en Newbery de Rufino pero a partir de ahí me metí en el rugby. Me empezó a gustar, y me enganché”.

Años después recaló en Rosario para estudiar educación física. Jugó un par de partidos para los juveniles de GER y por una diferencia con un entrenador ese año dejó de jugar. Pero el rugby tiraba y recaló en Mitre de Pérez donde jugó tres años hasta pasar en Duendes.

“En Mitre yo jugaba de fullback, pero cuando llegué a Duendes, José Luis Imhoff me hizo jugar de pilar de un sábado para otro. Es más, me hizo debutar contra el SIC. El pensaba que tenía que trabajar para ser primera línea, que yo podía. Practiqué ese sábado y para mí fue espantoso formar contra una máquina.

No tenía formación, me salieron ampollas en los hombros... no estaba acostumbrado. Y el jueves cuando dio el equipo estaba en la lista de los titulares como el pilar derecho para enfrentar al SIC (le ganamos 18-9). A partir de ahí ya nunca más jugué en otro puesto”, contó Mansilla.

Además de jugar en Duendes, también lo hizo en GER, Old Resian y Provincial, equipo con el que el año pasado se fue al descenso. “Es una lástima que hayamos terminado así. Tuvimos partidos muy buenos pero perdimos algunos que no debíamos y eso lo pagás”, confesó en relación al tema.

De todas las alegrías que le dio el rugby la mayor es poder compartirlo con su hijo Uriel: “Uno como padre lo primero que quiere es que su hijo haga algún deporte, porque es lo más sano. Después, si eligen el que le gusta a uno, mejor.Es muy lindo compartir todo esto con él, aunque si quiere una camiseta se la va a tener que ganar como lo hice yo."

Diario La Capital - Rosario - Producción RugbydeCuyo
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