Marcelo Loffreda
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21.12.2006 | 14:03
Loffreda a fondo con los Pumas

El entrenador nacional asegura que 2006 fue el mejor año desde que está al frente de la selección; cuenta qué lo hizo pensar en renunciar y habla de la nueva mentalidad que construyó el equipo.

Sobre el desgastante conflicto con los dirigentes de la UAR, dijo: "Espero que se haya terminado" Sin compromisos en lo inmediato, la pausa da espacio para hacer una revisión y planificar lo que vendrá.

Porque en la recta final hacia la 6a Copa del Mundo hay necesidades y, además, una amplia diversidad de aspectos por tener en cuenta para tratar de que nada falle antes del gran desafío.

Francia 2007 significa mucho para los Pumas y, a poco menos de nueve meses del debut en Saint Denis, el head-coach Marcelo Loffreda se prestó para hacer un amplio recorrido descriptivo por la realidad del seleccionado nacional, trazando objetivos, exponiendo las cuentas pendientes y hasta confesó que llegó a pensar en dar un paso al costado.

El reciente tour por Europa, con el histórico triunfo ante Inglaterra como insignia, ha sido el corolario de una temporada altamente satisfactoria desde lo deportivo, y eso es lo primero que remarca el entrenador nacional: "La gira fue muy buena por distintas razones; algunas esperadas y otras no tanto.

Por ejemplo, una de las premisas era ver a algunos jugadores que ingresaban en el plantel o que eran relativamente nuevos; tales los casos de Vernet Basualdo, Vergallo o de Juan Fernández Lobbe, de quien queríamos corroborar su funcionamiento y terminó siendo uno de los protagonistas del plantel.

"Teníamos planes con algunos y la intención de darles continuidad a otros, pero como en el medio del viaje se cayeron seis jugadores y hubo que recomodarse. Pero, lejos de convertirse en un problema, nos dio la chance de convocar a rugbiers que forman parte del plan de preparación física en la Argentina (N. de la R.: Agulla, Senillosa, Arocena y Gambarini). Esto resultó algo muy valioso y provechoso, porque tuvieron tiempo en la cancha y nos permitió tomar evaluaciones.

-¿Incluso fue provechoso para aquellos que no actuaron ni un minuto?

-Sí, totalmente provechoso. Sólo tres jugadores, Arocena, Gambarini y Vergallo, no jugaron, pero en todos los casos era bueno que formaran parte del plantel, que conocieran en profundidad la metodología de trabajo. Estamos tratando de pensar en el mañana, en el día después del Mundial, para que quede algo.

-¿Qué propósito no se alcanzó en la gira?

-Tuvimos una asignatura pendiente en el juego. Creo que fue importante el aspecto mental, ahí salimos totalmente fortalecidos y el grupo estuvo muy unido. El aspecto anímico terminó reemplazando las fallas del juego. Fijate una cosa, en el test con Francia estábamos para comernos 40 puntos, pero lo revertimos y estuvimos cerca de ganarlo.

-¿Ahí es donde los Pumas terminaron de formar una mentalidad ganadora?

-Absolutamente. Lo podemos llamar mentalidad ganadora, o confianza, o creer que se puede. Ahora el equipo argentino entra a la cancha con una mentalidad totalmente distinta, diciendo: ´Nosotros podemos. Tenemos la capacidad para jugarle y ganarle al equipo de enfrente .

De todas maneras, a mí no me gusta mucho hablar sólo de ganar, porque cuando te concentrás exclusivamente en la cuestión numérica dejás de lado el resto de las cosas. Es bueno que la mentalidad sea esa, pero lo califico más de confianza, de seguridad, hablo de que los jugadores se sientan capaces. Y no es fortaleza mental para hacer un buen papel, no, no; es fortaleza mental para superar al rival que sea.

El equipo dio un salto en la madurez, y estamos muy conformes con lo que los jugadores consiguieron. Pero esto no significa que esté todo adquirido. Hay que seguir trabajando, seguir evolucionando.

-¿Este fue el mejor año desde que estás en los Pumas?

(Piensa unos segundos) -El año 2001 fue bueno, pero creo que sí, éste fue el mejor año que tuve con el seleccionado. El mejor por todo lo que pasó alrededor del equipo, que bien podría haber sido un motivo de desmoronamiento, pero en realidad terminó sirviendo para que el grupo se fortaleciera. Fue el mejor año desde lo humano, porque si hago un balance desde el plano personal, fue un año de un desgaste enorme [pronuncia enfáticamente esta última palabra], extra a lo que debería ocurrir. ¿Por qué? Porque la situación con los dirigentes de la UAR fue muy desgastante; eso trajo una carga emocional adicional y un estado de desconcentración.

-¿Se puede decir que el conflicto terminó?

-Espero que haya terminado. Al menos eso se planteó en la reunión que mantuvimos en Roma (el jueves 16 de noviembre, antes del encuentro con Italia), y yo espero que así ocurra, que no tengamos que volver a recorrer caminos ya supuestamente cerrados. Espero que así sea. Las partes estamos comprometidas con nuestros roles específicos, y sólo queda que cada uno cumpla con lo suyo. Por eso, te digo ´espero [remarca], espero que haya terminado.

-¿Tuviste algún tipo de condicionamiento para la designación de jugadores?

-No, no, en el armado de listas de ninguna manera. Tuve sí algún recorte de cantidad de jugadores, por ejemplo, en el programa de preparación física. Bajo ese régimen me hubiera gustado incluir algunos jugadores más, pero como no se podía gastar más dinero, nos acomodamos. Pero eso no es algo que haya sido grave; nos sentamos con los dirigentes y lo resolvemos en buenos términos. Nunca hubo un condicionamiento de nombres, ni mucho menos.

-Con tantos problemas extra deportivos que afectaron al seleccionado, ¿en algún momento pensaste en renunciar?

-Más allá de que Risler (Alejandro, el presidente de la UAR) nos dijo a Banana (Daniel Baetti, su asistente) y a mí que quería que llegáramos al Mundial, existen otros condimentos que hacen difícil llevar adelante un deseo; entre ellos, hay mucho desgaste, a veces la relación no es lo suficientemente fluida, a veces hay cosas que uno se entera sorpresivamente (N. de la R.: por el viaje de Patricio Noriega a Italia, en plena gira)... no puedo decirte que me sentí más afuera que adentro, pero sí de decir: ´Acá hay que aclarar los tantos .

Tuve una lucha interna en mi cabeza, pero hay algo muy fuerte, que supera todo tipo de situaciones. Eso es lo que los jugadores nos han transmitido con los hechos; no con palabras, porque decirlo es muy fácil. Todo el staff técnico se debe a ellos, tenemos un compromiso con ellos, y eso es algo que debemos hacer prevalecer sobre el resto de las cosas.

Y en este tema quiero aclarar algo. Nuestra relación con los jugadores es cumpliendo los roles que nos corresponden: nosotros como conductores, y ellos como conducidos. Esto no significa que seamos amigos de los jugadores, pero sí conformamos un grupo que tiene un objetivo en común, y lo distingo como liderazgo de servicio.

Yo estoy al servicio de los jugadores, yo colaboro con ellos para que puedan desarrollar lo mejor que tienen dentro. Trabajamos conjuntamente con ellos, siempre con un gran respeto. Eso es algo que alguna gente no entiende y nos dice: ´Porque ustedes están del lado de los jugadores .

¡Y por supuesto que estamos con los jugadores; si todos estamos tendiendo a lo mismo! Tenemos un sueño, un deseo, un objetivo común, una meta... o como quieras llamarlo...

-¿Una necesidad de revancha en el Mundial?

-¡Absolutamente!

Por Santiago Roccetti LA NACION
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