Mendoza, 29 de Enero de 2016 | 11:24

Por falta de aportes de las provincias y necesidad de recaudar, el seleccionado recibiría a Australia por el Rugby Championship en el mítico estadio inglés; se oponen algunos jugadores del equipo.

Este cambio de sede para el 8 de octubre responde sólo a una cuestión económica y representa una inyección considerable a las arcas de la UAR. Pero también acarrea contrariedades. Por un lado, priva al público argentino del enfrentamiento más trascendente del año tras el de All Blacks. Además, resigna posibilidades deportivas al no tener el público propio. Y finalmente, agrega horas de vuelo a un calendario sumamente congestionado.

Hace un mes existía la chance de que ese encuentro fuera en el exterior, dato luego ratificado por Araujo en un comunicado, en el que especificó que la UAR había recibido un oferta para hacer ese partido en Twickenham, Londres. "No está oficializada la realización, pero no tendría que haber sorpresas", dijo Araujo para la nacion desde Sydney, donde participa en una serie de reuniones de la Sanzaar (así se llama la entidad, ya con la Argentina como miembro pleno desde este año). "Primero tuvimos el aval de Australia y el viernes pasado conseguimos la autorización de la Sanzaar. Faltaría la aceptación de la unión inglesa [RFU], que no va a oponerse porque la interesa ocupar el estadio, y la aprobación final de World Rugby, que no debería oponerse", añadió.

En los dos primeros años del Rugby Championship, se jugó los Pumas vs. Wallabies en el estadio de Rosario Central, gracias al aporte del estado santafecino por el gobierno del Frente Amplio Progresista. Sin embargo, las dificultades para cobrar el canon y las operativas que ello acarreó alejaron de la UAR a esa sede (lo mismo ocurrió con Córdoba, que recibió a Francia en 2012 y a Escocia en 2014).

En los últimos dos años Australia actuó en Mendoza, que había albergado los choques con Sudáfrica y era una gran plaza por su carácter turístico, su estadio adecuado y la raigambre rugbística en la zona. Pero cuando el radical Alfredo Cornejo sucedió al gobernador Francisco Paco Pérez (Frente para la Victoria) cambió la política de gastos de la provincia. "Cuando hay pocos recursos, debemos definir las prioridades. Apostaremos al deporte social y barrial y no al competitivo y a los grandes espectáculos ", afirmó el subsecretario de Deportes de Mendoza, Federico Chiapetta, a Diario Uno. Salta, que albergó los Pumas vs. Sudáfrica en 2014, volvería a hacerlo gracias al aporte provincial, pues fue reelecto como gobernador por segunda vez Juan Manuel Urtubey (FPV). Como la ciudad y la provincia de Buenos Aires son ahora de un mismo color político, La Plata dejó de ser una fija para recibir a los All Blacks y se abre la posibilidad, como en 2001, de actuar en la cancha de River, que permite una mayor recaudación.

Sin embargo, este año no apareció ningún gobierno dispuesto a que su distrito desembolsara lo necesario para cobijar semejante partido y la UAR aceptó la opción más redituable en lo económico. Así, mantiene equilibradas las finanzas en un contexto de recesión, en que hay cada vez más gastos por la creciente estructura que debe sostener (por ejemplo, para 2017 está en estudio instaurar un Nacional de Clubes B). "Nos resultó muy difícil conseguir que un evento de esa magnitud tuviera un apoyo fuerte. Entonces salimos a buscar una alternativa en el exterior. Económicamente nos conviene", contó Araujo. "El aporte de la sede es fundamental. No podemos descuidar la recaudación porque es lo que nos permite cubrir los costos del seleccionado, de Jaguares, del rugby profesional y el amateur. Toda la utilidad que producen los Pumas se usa para el crecimiento del rugby amateur", explicó.

A su vez, esta posibilidad generó contrariedad en algunos jugadores. "Sería increíble volver a jugar en Twickenham, pero preferiría jugar en la Argentina, con mi familia y mis amigos en el estadio", dijo Santiago Cordero, wing de los Pumas. "Si se confirma sería una locura. Quieren difundir el rugby en el país y resignan uno de los principales partidos del año. Además de implicar otro viaje más", se quejó un compañero, que prefirió reservar su identidad. En cambio, el pilar Ramiro Herrera opinó favorablemente: "Sería impresionante. Si debo elegir, elijo Twickenham. Ojalá se dé".

La consecuencia negativa más evidente de este cambio es que mina las posibilidades de triunfo. Para los australianos no es lo mismo jugar ante la frialdad de los ingleses que ante el calor de los argentinos. Sus rivales, en cambio, sumarían otro traslado a un fixture ya sobrecargado. Entre Jaguares y Pumas, el año incluye tres viajes a Sudáfrica, uno a Nueva Zelanda y Japón, uno a Nueva Zelanda y Australia y otro a Reino Unido. Si se suma las visitas al interior (encuentro en Chubut con Italia, dos en Tucumán contra Francia, y el de Salta), habrá unas 250 horas de viaje, o sea, más de 10 días dentro de aviones. Ese partido en Twickenham implicaría sumar 26 horas de vuelo, tras una seguidilla que comenzará en febrero, cuando Jaguares irá a Sudáfrica para abrir su aventura en el Super Rugby.

No sería la primera resignación de una localía para los Pumas. Sucedió en 2009, cuando en junio fueron "anfitriones" en Manchester, también por un tema económico. La diferencia es que esa vez el adversario fue Inglaterra, que como "visitante" en el Old Trafford se impuso por 37-15. Además, en noviembre último la Argentina volvió a actuar en Twickenham, frente a Barbarians, y atrajo a 38.000 espectadores, nada mal 21 días después de la final mundialista. Un buen antecedente en materia de expectativa de recaudación.

De un lado de la balanza, menos posibilidades deportivas, más desgasta del plantel, menos difusión. Del otro, más réditos económicos en un contexto de recesión. Una decisión acertada para algunos, errática para otros. Controvertida al fin y al cabo, tal la marca de esta transición hacia el profesionalismo.

El cambio de signo político que vivió la Argentina tuvo injerencia directa en el rugby, a punto tal que los Pumas cederán la condición de local en el segundo partido más importante del año, contra Australia por el Championship.

Si se ratifica lo que adelantó Carlos Araujo, el presidente de la Unión Argentina de Rugby (UAR), el encuentro será en el estadio de Twickenham, el escenario en que se frustró el sueño albiceleste de llegar a la final en el Mundial, el año pasado, a manos de los propios Wallabies (15-29).


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