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02.09.2011 | 10:56
Los Pumas se acomodan a los horarios
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El Mundial aún parece un gigante dormido en esta ciudad, a una semana del partido inaugural en el que los All Blacks se medirán con Tonga.
Fernández Lobbe con los signos de cansancio

Apenas algunas banderas de la organización adornan la bonita geografía montañosa con pequeñas casas similares a las que pueden apreciarse en lugares en las afueras del Reino Unido. Prácticamente, no se ven fanáticos en las calles y las camisetas negras del seleccionado neocelandés pueden contarse con los dedos de una mano.

Dormido, pero con algunas señales de que rápidamente puede desperezarse como cuando en las calles la gente hace alusión a la Copa del Mundo ante cualquier posible pregunta de un turista. Si se trata de sueño o de dormir, la adaptación a las 15 horas de diferencia horaria es una de las batallas que el plantel de los Pumas está afrontando, tras el primer día en Nueva Zelanda y a ocho días de la presentación ante Inglaterra. La primera noche en estas tierras, en donde oscurece cuando en la Argentina la gente comienza a levantarse, fue buena para algunos jugadores, mientras que otros se despertaron constantemente durante la noche. Incluso, cuentan que en el salón comedor del hotel Mercure muchos de los hombres argentinos ya estaban desayunando a las 6 de la mañana. Como si el sueño fuera una pesadilla.

"Nos estamos adaptando a la diferencia horaria. A medida que pasen los días los jugadores se irán acomodando, pero es parte de esto. Es algo más para tener en cuenta. Tenemos los días necesarios para llegar al partido bien", cuenta Santiago Phelan, el head coach de los Pumas, ante la consulta de canchallena.com.

Según los especialistas, el organismo necesita un día por cada hora de diferencia. De este modo, los jugadores precisarían 15 para sentirse bien. Sin embargo, haber arribado diez días antes es un tiempo prudencial, como considera Guillermo Botto, el médico del plantel, quien les recomendó a los jugadores no dormir en el vuelo desde Buenos Aires (salió el miércoles, a las 14) para que llegaran cansados en la noche neocelandesa (el arribo fue el jueves, a las 20.30) y se aclimataran más rápido. "Cumplieron, porque son ordenados y profesionales. Después, antes de dormir, se les dio una pastilla", cuenta Botto. Sin embargo, para muchos no resultó nada fácil.

Fue el caso de Marcos Ayerza, por ejemplo, que de por sí reconoce tener problemas para conciliar el sueño. "Ya es mediodía y tengo sueño la verdad. Me desperté a todas las horas, estaba perdido, ni sabía en dónde estaba, ni qué hora era. Es parte de venir a estas tierras a jugar un Mundial", dice el jugador de Leicester, de Inglaterra, que también reconoce que tuvo apetito: "Sí, también hay hambre a cualquier hora y en las habitaciones no había comida. Por eso, a las 6 de la mañana, ya estábamos todos desayunando".

La habitación que comparten Mariano Galarza y Tomás Vallejos quedó vacía antes de las 7. "Sabemos que la diferencia horaria es muchísima, así que estamos intentando estar bien lo antes posible para empezar a entrenar. Cuando nos levantamos con Vallejos, cerca de las 6:30 y fuimos a desayunar, ya había muchos de los chicos, así que estamos igual", se adelanta Galarza. "Después de comer, me tomé una pastilla para dormir. Si bien me desperté varias veces, me obligué a conciliar el sueño para estar despierto durante el día y acostumbrarme al nuevo huso horario", comenta Vallejos.

Para los experimentados, al parecer resultó más fácil. "Me quedé despierto hasta la medianoche y después dormí de corrido hasta las 9 sin levantarme. La idea es adaptarnos lo más rápido posible a los horarios de Nueva Zelanda. Veremos cómo sigo. Pero hay que aguantar hasta tarde para después dormir de corrido", explicó Juan Fernández Lobbe.

Mario Ledesma fue más risueño: "Estoy sorprendido por ahora de lo bien que me adapté. Quizá me volvés a preguntar más tarde y no sé. Me desperté 6.30 como todos los días. Me levanté algunas veces durante la noche, pero toma en cuenta que yo soy viejo, ja. Tomé una pastillita sólo para asegurarme". Los Pumas tendrán muchas batallas en Nueva Zelanda. La que empezaron a sostener contra el sueño le quieren ganar lo antes posible.

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